Por: Felipe Guerrero Bojórquez
Hace unas horas, ante los diez aspirantes del PRI a la gubernatura de Sinaloa, el líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera, confirmó lo que hace unos días adelantamos en este espacio: Que Jesús Vizcarra Calderón se descartó y que con ello rechazó la posibilidad de ser el candidato al gobierno de Sinaloa a pesar de que las encuestas lo favorecían.
Luego de que los aspirantes firmaran el convenio de lealtad al tricolor, Manlio Fabio tomó la palabra y, con esmero diplomático, ofreció un reconocimiento al empresario de la carne y luego, ante las caras expectantes de todos soltó: «Jesús Vizcarra no firma el convenio porque se descarta y porque teniendo posibilidades de ser candidato, como así lo muestran las encuestas, ha decidido no participar».
Palabras más palabras menos. Entonces, al escuchar a su líder, las caras de ascuas de todos los aspirantes priistas ahí presentes, se fueron transformando en rostros de esperanza y seguramente de una indescriptible felicidad, como así lo muestran las primeras gráficas que nos estuvieron llegando, pasó a paso, minuto a minuto, del desarrollo del evento.
Cuando Manlio Fabio terminó de hablar, aún más cuidadoso en su ceremonial, ofreció la palabra a los contendientes y lo hizo por orden alfabético del apellido, de tal manera que quien inició la ronda fue Daniel Amador y concluyó Alfredo Villegas.
Dos objetivos centrales persigue el llamado convenio de unidad: Cerrar filas en torno al candidato que elija el Comité Ejecutivo Nacional del PRI y que a nadie se le ocurra irse como contendiente a otro partido.
Por supuesto, firmar un convenio de esa naturaleza no le impide legalmente a alguno de los aspirantes rajarse, pero realmente el compromiso no está pensado en función de que todos lo cumplan, sino en función de que sobre aviso no hay engaño. Más que un papel que realmente garantice que todos van a cerrar filas, se trata de advertir que el que se vaya es por su cuenta y riesgo y que, por lo tanto, el partido no se hace responsable si al rajón le sale el coco por los rumbos que tome.
Claro que con este amarre será difícil que alguien no cumpla, pero quien sea el candidato del PRI deberá tener claramente presente que la unidad solo la garantiza la concesión y el reparto de posiciones.
Es casi seguro que entre el jueves por la noche o el viernes que el PRI emita la convocatoria para Sinaloa, la dirigencia de ese partido, casi al parejo, envíe a los medios de comunicación el boletín oficial en el que los diversos sectores y organizaciones del tricolor se pronuncien por tal o cual aspirante.
Mientras en el CEN del PRI se sigue procesando una terna de la que saldrá el candidato, los vizcarristas de hueso colorado, quienes solitos andaban alborotados, son víctimas de la depresión por una expectativa que ellos mismos se generaron, porque en realidad Jesús Vizcarra Calderón nunca dijo que aspiraba a ser candidato y, por lo tanto, no hay razón para que en las redes sociales algunos le reclamen su negativa a participar.
Es importante señalar que en los altos niveles de mando del vizcarrismo, ya se sabía que no iba por la candidatura, y eso lo explica el repliegue que en el último mes tuvieron, luego de la incursión fallida en territorio priista sinaloenses, algunos destacados miembros de la corriente de Jesús Aguilar Padilla, quien por cierto, desde mediados de diciembre pasado, despacha a un lado de Manlio Fabio Beltrones como responsable de la política de alianzas del PRI.
Sobre este tema, luego de que en los próximos días Joaquín Hendricks Díaz sea enviado como embajador a un país de Europa, Jesús Aguilar Padilla lo sustituirá en la Secretaría Técnica del Consejo Político Nacional, lo que significa que la corriente aguilarista en Sinaloa entra de manera importante en el reparto de posiciones con quién será el candidato del PRI a la gubernatura.
Finalmente, bajo la circunstancia y la confirmación de Manlio Fabio Beltrones de que Vizcarra no será el candidato, de entrada el malovismo gana una primer batalla. Ahora viene la segunda etapa: El nombramiento del candidato y hay quienes afirman que, con quien lo sea, Mario López Valdez, un hombre de mucha suerte, también saldrá ganando. Eso se dice. Pendientes.