Por: Salvador Cosío Gaona
La última institución que no estaba en manos del ofícialismo fue tomada el domingo de la semana pasada por el chavismo en unas cuestionadas elecciones, en las que la oposición venezolana decidió no participar por considerar que no estaban dadas condiciones justas. En la jornada electoral el chavismo obtuvo un 67,6% de apoyo, según los datos del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, destacando la apatía de los votantes con su escasa participación en las urnas que este año fue del 31%, es decir, más de 40 puntos porcentuales por debajo de las parlamentarias de 2015 ganadas por la oposición. Elecciones que por cierto, han sido desconocidas por casi 20 países de América Latina y la Unión Europea.
Tras ese cuestionado resultado, el gobierno pasará a controlar la Asamblea Nacional, el único poder que estaba en manos de la oposición desde 2015.
Mientras Nicolás Maduro sigue celebrando lo que ha dado en llamar «un nuevo ciclo triunfal», el líder opositor Juan Guaidó dijo en un tuit que «la dictadura se evidencia. Luego del chantaje, el secuestro de partidos, censura, fabricar resultados, infundir terror; anuncian lo dicho: un fraude con 30% de pura falsedad, que no le son suficientes ni para mostrarse en público (Ni ellos celebran, se saben solos)».
El próximo 5 de enero Guaidó dejará de ser el presidente de la Asamblea Nacional.
No obstante, como ya mencionaba, un total de 18 países del continente americano desconocieron la victoria del chavista Polo Democrático en las elecciones al Congreso de Venezuela.
El Grupo de Lima, que promueve una transición en el país, expresó que las elecciones legislativas del domingo en ese país “carecen de legalidad y legitimidad”, por lo que el triunfo del chavismo no debe ser reconocido.
“Llamamos a la comunidad internacional para que se una al rechazo de estas elecciones fraudulentas y apoye los esfuerzos para la recuperación de la democracia”, expresó la agrupación en una declaración divulgada por la cancillería de Perú.
Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana y Haití se unieron a la declaratoria.
Estados Unidos, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía y Uruguay también se sumaron. (Aunque Uruguay no es parte del Grupo, se sumó al rechazo).
“Los comicios fueron llevados a cabo sin las mínimas garantías de un proceso democrático, de libertad, seguridad y transparencia, ni de integridad de los votos, ni la participación de todas las fuerzas políticas, ni de observación internacional”, agregó el bloque formado en 2017 por iniciativa de Perú.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, reiteró que la Casa Blanca seguirá reconociendo al líder opositor, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela.
“La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, que está en el poder de manera ilegítima porque robó las elecciones de 2018, se beneficie de robar una segunda elección”, expresó el titular de esa dependencia.
En el mismo sentido, la Unión Europea rechazó la jornada electoral.
“El bloque no puede reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente”, declaró el titular de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó las «fraudulentas» elecciones parlamentarias de Venezuela, celebradas el domingo 6, y avaló «con satisfacción» la consulta popular propuesta por el líder opositor, Juan Guaidó.
De acuerdo con la OEA, las parlamentarias venezolanas, en las que como ya decíamos el chavismo obtuvo más de 69% de los votos, resultaron ser una maniobra del gobierno del presidente Nicolás Maduro para eliminar la única institución legítima y democrática electa, la Asamblea Legislativa.
Asimismo, afirmó que los resultados de estas elecciones, a las que Guaidó y sus afines decidieron no presentarse, «profundiza el proceso de destrucción de la democracia y del Estado de derecho en Venezuela».
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, precisó que «el fraude electoral forma parte del funcionamiento sistémico» de la «dictadura» y subrayó que «el último poder del Estado que sigue en manos de autoridades electas legítimamente sigue siendo la anterior Asamblea Nacional».
«No tenemos un contexto que sea para nada democrático», insistió un vehemente Almagro, mientras aseguraba que «no hay un sistema de represión política y social más grande que el sufre el pueblo venezolano».
Añadió: «Definitivamente El pueblo venezolano está siendo completamente avasallado en todos sus derechos, los presos políticos, la tortura, estos son los mecanismos de funcionamiento de la dictadura».
Por su parte, el gobierno de Rusia celebró el proceso y lo calificó de transparente.
“Partimos del principio de que la nueva Asamblea Nacional será el terreno para un diálogo constructivo entre todas las fuerzas políticas”, dijo Moscú.
Argentina, México y Bolivia no se pronunciaron.
Guaidó insistió en que no fue un proceso equitativo.
“No hubo una elección ayer. Chantajearon a la gente y simplemente la gente no lo aceptó. La respuesta al fraude es actuar en la calle”, clamó Guaidó durante una conferencia de prensa.
Por ahora, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido por al menos 55 países como presidente encargado de Venezuela, consideró que el resultado de las elecciones parlamentarias representan un rechazo al gobierno del cuestionado Nicolás Maduro.
“Es la oportunidad de transformar ese rechazo, es la oportunidad de transformar esa indignación que sufre el pueblo de Venezuela en fuerza, en movilización y ahí está, insisto, la clave”, afirmó Guaidó en conferencia de prensa, durante la cual, invitó a la población a participar en la consulta popular que se realiza hasta el 12 de diciembre.
¿Qué será del futuro de la oposición? ¿Y qué pasará en Venezuela ahora que Maduro también controla la Asamblea? Son algunas preguntas que se abren tras estas polémicas elecciones legislativas.
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