En un contexto de intensas disputas internas, los senadores estadounidenses han aprobado un proyecto de presupuesto que incluye amplios recortes de impuestos prometidos por el presidente Donald Trump. La votación, que culminó con un resultado de 51-48, contó con la oposición de dos senadores republicanos, lo que refleja las divisiones dentro del partido en torno a la reducción del presupuesto.
El proyecto ahora se dirige a la Cámara de Representantes, donde los republicanos poseen una mayoría ajustada. Sin embargo, los sectores más conservadores en materia fiscal han expresado sus críticas a la versión del Senado, lo que podría complicar aún más la aprobación del presupuesto. A su vez, los demócratas han argumentado que este no es el momento adecuado para considerar recortes significativos en el gasto público.
Las diferencias sobre la magnitud de los recortes son notables entre las dos cámaras legislativas. Mientras que los senadores buscan un ahorro modesto de 4 mil millones de dólares, los representantes de la Cámara abogan por una reducción más drástica de 1.5 billones de dólares. Ambas cámaras deberán llegar a un acuerdo sobre un proyecto de presupuesto idéntico antes de proceder con la redacción de un ambicioso proyecto de ley que busca consolidar las reducciones fiscales implementadas durante el primer mandato de Trump, así como aumentar la seguridad fronteriza y la producción energética.
El líder republicano del Senado, John Thune, señaló que esta resolución marca el primer paso hacia la permanencia de los recortes fiscales de 2017 y una inversión significativa en seguridad nacional y energética, acompañada de ahorros sustanciales.
Sin embargo, la aprobación del presupuesto se produce en un contexto económico delicado, en el que los aranceles impuestos por Trump han desencadenado una caída en los mercados bursátiles a nivel global. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó la política arancelaria del presidente, calificándola de «una de las cosas más tontas que ha hecho como presidente».
Con el futuro del proyecto de presupuesto en el aire, la atención se centrará ahora en cómo los republicanos de la Cámara de Representantes abordarán las diferencias internas y las presiones externas que podrían influir en la viabilidad de este plan fiscal.
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