Los exmilitares australianos que se vieron expuestos a radiación durante las pruebas británicas de bombas atómicas en su país y en las labores de limpieza en Japón tras la II Guerra Mundial ganaron el martes una batalla librada durante décadas para conseguir tratamiento médico gratuito.
El gobierno australiano anunció la asignación de 133 millones de dólares australianos (98 millones de dólares) en el presupuesto para el próximo año fiscal para atender a los exmilitares con Tarjetas Doradas de veterano. Esas tarjetas dan derecho a los veteranos a una amplia gama de servicios médicos pagados por el gobierno.
Miles de militares australianos fueron enviados a Hiroshima tras la detonación de la bomba atómica como parte de la Fuerza de Ocupación de la Mancomunidad Británica, así como a los lugares donde se hicieron pruebas nucleares británicas en la región de Maralinga, el Outback de Australia y las islas de Montebello, en el noroeste del país, entre la década de 1940 y la década de 1960.
