Por: José Ángel Gutiérrez
El Senador por Jalisco Arturo Zamora Jiménez, sigue ganando terreno en su partido -el PRI- a nivel nacional y pareciera que conforme eso ocurre, se aleja más de su Entidad de origen.
Arturo Zamora fue nombrado Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Se trata del tercer puesto en importancia dentro del organigrama, solo debajo de la Presidencia y la Secretaría General.
Diríamos que el ritmo al que ha llegado en su carrera a nivel nacional, abre al Senador, ex diputado federal y ex alcalde de Zapopan la opción de aspirar a casi todo lo que quiera. A casi todo. Y ahí podríamos incluir la posibilidad de que busque ser jefe de la bancada priista en la próxima legislatura federal.
Y aunque se ha dicho que desde el PRI nacional estaba decidido que sería el candidato a gobernador de Jalisco, por ser el único que garantizaba un millón de votos a su partido para que, aun perdiendo el Estado, le abonara a la Presidencia y al Congreso Federal, el escenario sin duda ya cambió.
1.- Los bonos que Arturo Zamora ha alcanzado por su propia cuenta como liderazgo nacional, le dan para aspirar a otros vuelos por su cuenta y no como «premio de consolación». Ello, recordando que se decía que aunque perdiera, le tendrían asegurado un espacio en el gabinete del próximo Presidente (suponiendo que fuera un priista).
2.- Esa posibilidad de la ratificación del PRI en la Presidencia para 2018, vista hoy es cada vez más lejana. El desgaste de la marca y de la figura presidencial, llega a niveles de alarma para la militancia tricolor.
3.- Contra lo que se veía venir en Jalisco con la «Ola Naranja» o mejor dicho la «Ola Alfarista», el 2018 pinta en el Estado de pronóstico reservado. Aunque algunos ven el triunfo del actual Presidente Municipal de Guadalajara como algo irreversible, las últimas encuestas muestran otra cosa.
Primero, el evidente desgaste a un año de llegar a la Presidencia Municipal de Guadalajara. Entre los habitantes de la capital de Jalisco, la percepción es que Enrique Alfaro no representó el cambio que tanto cantó en campaña. Y si sumamos sus constantes roces con quienes piensan diferente y la soberbia de algunos de sus colaboradores, podemos decir que en los próximos dos años todo puede pasar.
Reiterando: Con miras al 2018, todo puede suceder. Y así lo muestran las encuestas que recientemente ha publicado el Periódico Mural. Al evaluar a Enrique Alfaro en su primer año al frente del Ayuntamiento de Guadalajara, le otorgó calificación de 6.1, emulando nuestra infancia diríamos: pasó de panzazo. Con un desgaste mayor al registrado por los últimos cuatro alcaldes de Guadalajara en su primer año.
En tanto, en la encuesta respecto a los aspirantes a la gubernatura -sin que aparecieran todos los posibles- la brecha entre Alfaro y el resto fue más reducida. Y mucho menor fue la distancia al medir a los partidos políticos. Faltaría además referir que la encuesta de Mural solo midió preferencias en cinco municipios metropolitanos. Habría que ver qué se piensa en los municipios fuera de la Zona Metropolitana, donde dicho sea de paso, el PRI ha fincado su fortaleza.
Pero ante la incertidumbre existente, los hechos actuales invitan a pensar que el Senador Arturo Zamora se jugaría bastante si apostara por Jalisco, cuando tiene enfrente la posibilidad de brillar -por una vía más segura- a nivel nacional.
