El mercado accionario inicio 2016 con el pie izquierdo, registrando su peor inicio de año en la historia.
No es de extrañar que el término sell stocks o “vender acciones” sea una búsqueda popular en Internet en estos días. La frase acaba de alcanzar su frecuencia de búsqueda más alta desde el año 2008 (el de la crisis financiera), según las estadísticas de Google Trends compiladas por el blog Daily Shot.
Es propio de la naturaleza humana observar esta ola masiva de ventas y entrar en pánico. Pero lo que está pasando hoy en los mercados no es repetición de la crisis financiera de 2008 y la Gran Recesión.
La economía mundial sigue creciendo, aunque sea más lento de lo que todos quisiéramos. Y en Estados Unidos, los bancos y los individuos están menos endeudados, es decir, la gente tiene más fondos “de reserva” a la mano si la crisis llega a empeorar.
La meta de la mayoría de los estadounidenses es invertir por décadas, no días. Sí, las acciones suben y bajan, pero a lo largo de cada período de 15 años desde la Segunda Guerra Mundial, han dado dinero a los inversionistas, a menudo una gran cantidad de dinero.
El mercado premia a los optimistas y a los pragmáticos.
Los inversionistas inteligentes (de largo plazo) suelen hacer tres cosas cuando los mercados van mal:
1. No entrar en pánico. La inversión no sólo es cifras, también es psicología. Vender por miedo es casi siempre un error.
2. Diversificar. El principal error que las personas cometen al invertir es que no diversifican, dice Norton Reamer, un experimentado gestor de activos. Fundó United Asset Management (que fue comprada por Old Mutual por 1,000 millones de dólares) y fue CEO de Putnam Investments.
«En lenguaje llano, la diversificación significa no poner todos los huevos en una sola canasta», explica Reamer, autor del libro de próxima aparición ‘Investment: A History’, que analiza 5,000 años de historia de la inversión.
Incluso la Biblia y las obras de Shakespeare aconsejan no poner todo el dinero en un activo. Otro ejemplo revelador es la Italia del Quattrocento. El mundo recuerda a la familia Médici, pero había dos familias rivales de banqueros italianos en la época: los Bardi y los Peruzzi.
La razón por la que pocos han oído hablar de ellos es que hicieron grandes préstamos al rey de Inglaterra Eduardo III y nunca les pagó. Esa gran apuesta les causó la quiebra.
Hoy se anima a los inversionistas a diversificar entre acciones, bonos y bienes raíces.
Piensa en lo que está sucediendo en el mercado ahora: las acciones y los precios del petróleo están cayendo, pero los bonos del gobierno y el oro están subiendo. Invertir en una variedad de activos sirve para perder menos dinero en las caídas y a la vez beneficiarse de la mayoría de las alzas.
3. Reequilibrar. Los buenos inversionistas tienen un plan, como el de invertir 70% en acciones y 30% en bonos. Pero de vez en cuando lo revisan para asegurarse de que su cartera todavía se adhiere al plan. Si no es así, compran y venden un poco para que vuelva de nuevo a la meta.
Pero una vez que se tiene una cartera diversificada, hay que ceñirse a ella. Eso requiere revisiones anuales o, al menos, ocasionales.
«Muchas carteras tienen demasiado peso en acciones después de siete años de buenos rendimientos de renta variable», dice Kate Warne, estratega de inversión en Edward Jones.
Ella señala que una persona con alrededor del 65% de su cartera en acciones en 2009 hoy tiene cerca de 80% porque las acciones han ganado mucho más que los bonos en los últimos años. Y está más expuesta de lo que cree.
Una llamada rápida a tu asesor de inversiones o, simplemente, consultar tu cuenta en línea, te permitirá saber qué cantidad de tu cartera está en acciones en este momento. Quizás sea un buen momento para vender algunas acciones y acercarte más a tu objetivo a largo plazo.
Los expertos independientes y los de Wall Street rara vez están de acuerdo, pero casi todos ellos opinan que 2016 verá fluctuaciones más violentas.