Si eres de los que “pica” todo el tiempo y aun así tienes hambre, deberías observar bien qué es lo que comes, ya que existen alimentos que más que llenar el “huequito”, aumentan la sensación de hambre.
De acuerdo con Time, estos alimentos, en su mayoría procesados, los podemos encontrar en todas las alacenas y seguro son parte de tu dieta. ¿Los consumes?
Pan y galletas saladas
¿Te has preguntado por qué en los restaurantes ponen cestas de pan? No es porque sean buenas personas y quieran atenderte al 100, sino ¡para que te de hambre!
De acuerdo con el nutriólogo David Ludwig de la Universidad de Harvard, el pan contiene carbohidratos procesados que sólo harán que los niveles de azúcar aumenten.
Este aumento de azúcar provocará una gran liberación de azúcar para normalizar los niveles y a la vez, que te de hambre de nuevo.
Según Ludwig, esto lo saben muy los restaurantes, así que te ofrecen pan para abrir el apetito y que quieras devorar todo en el menú. ¡Muajajajaja!
Este no sólo lo tienen el pan y las galletas saladas, sino también las papas fritas y el ¡plátano! Y nosotros creyendo que era tan indefenso…
Galletas y dulces
Para matar el hambre, todos hemos aplicado el comer unas galletitas o un dulce, pero ¿no te habías dado cuenta que después de ingerir esto, tienes el impulso de seguir comiendo?
Aunque sean “sin azúcar” o con miel orgánica, estos alimentos sí contienen azúcar que sólo nos harán comer más.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale, el azúcar activa el sistema de recompensa de nuestro cerebro y hace que nuestro tálamo e hipotálamo se mantienen activos y deseen más comida porque no estamos satisfechos.
Bebidas de dieta
Los refrescos bajos en grasa contienen edulcorantes artificiales que cuando llegan a nuestra lengua, aumentan los centros de recompensa en el cerebro y envía una señal al intestino de que llegarán calorías.
Como estas calorías nunca llegan al cuerpo, el cerebro pide consumir alimentos para llenar ese “hueco”.
A estos alimentos hay que sumarle la manera en que comemos, ya que el tiempo en que tardamos en consumir un alimento y las veces que masticamos se relacionan en las cantidades que ingerimos.
Mientras más rápido comamos, más consumiremos.
