EFE
Conectado a un respirador, el mexicano Moisés Ramírez lucha contra la COVID-19. Sus familiares quieren estar con él pero, como el hospital no permite visitas, acamparon junto a su ventana del nosocomio, donde permanecen día y noche para cumplir su máxima: «Estar unidos en las buenas y en las malas».
Unas carpas improvisadas, abanicos, sillas reclinables, algunos cojines y varias hieleras son el escenario donde Delia Mercado vela por la salud de su esposo y padre de cinco hijos, quien tuvo que ser intubado el 5 de julio por agravarse su condición respiratoria.