El reciente tiroteo en Annunciation Catholic School en Minneapolis ha dejado una profunda huella en la comunidad escolar. Según Newsweek, Weston Halsne, estudiante de diez años y alumno de quinto grado, compartió cómo su compañero Víctor intervino para protegerlo durante el ataque. Halsne describió que se encontraban juntos durante la misa matutina cuando comenzó la violencia, y Víctor se lanzó sobre él para protegerlo de las balas, recibiendo un disparo en la espalda.
“Mi amigo Víctor, como que me salvó. Porque se puso encima de mí. Pero a él le dieron”, contó Halsne a WCCO News. El menor narró que estaba extremadamente asustado por su amigo, pero expresó confianza en que su estado mejoraría: “Espero que estés bien y rezo por ti”. Según el testimonio difundido por Newsweek, ambos se encontraban bajo un banco cuando se desencadenó el tiroteo, y tras el impacto, los supervivientes se trasladaron al gimnasio de la escuela a la espera de la autorización para salir.
El tiroteo ocurrió este miércoles a las 8:30 a.m. en el recinto de la iglesia, ubicada dentro del campus de Annunciation Catholic School, que cuenta con 370 estudiantes entre kínder y octavo grado. La balacera se saldó con la muerte de dos menores y varios heridos. El atacante, posteriormente identificado como Robin Westman, de 23 años, murió de una herida autoinfligida, según confirmaron las autoridades.
Por su parte, el presidente Donald Trump ordenó que las banderas de Estados Unidos ondeen a media asta hasta el 31 de agosto en homenaje a las víctimas. El director del FBI, Kash Patel, identificó públicamente a Westman y afirmó que la investigación se mantiene bajo la hipótesis de terrorismo doméstico y crimen de odio dirigido a la comunidad católica. Minnesota Star Tribune informó que Westman residía en Richfield, Minnesota y que su madre trabajaba en algún puesto dentro de la escuela.
En 2020, la madre de Westman solicitó formalmente el cambio de nombre de su hija a Robin, para que coincidiera con su identidad de género como mujer, según registros judiciales consultados por Star Tribune. Las autoridades federales continúan revisando el entorno de Westman y los posibles motivos detrás del ataque.
Weston Halsne relató que antes de este incidente, él y sus compañeros habían practicado simulacros de tiradores activos, aunque nunca pensó que algo similar pudiera suceder durante una misa. Tras el tiroteo, los estudiantes y el personal fueron dirigidos al gimnasio, donde permanecieron hasta recibir el visto bueno de las fuerzas de seguridad. Cuando finalmente logró salir del edificio, Halsne encontró a su madre, quien ya lo esperaba afuera. “Estaba muy feliz porque pensaba que no la iba a ver. No sabía qué estaba pasando, estaba en shock”, afirmó a WCCO News.
La comunidad escolar se encuentra desolada tras la tragedia, y la administración del plantel ha solicitado apoyo psicológico para las víctimas y testigos directos e indirectos, según Newsweek. El ataque añadió una profunda sensación de inseguridad entre las familias, que cuestionan las medidas de seguridad vigentes y piden nuevas estrategias de prevención.
Durante una rueda de prensa el miércoles por la tarde, el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, hizo un llamado urgente a la acción. Según las declaraciones compartidas por Newsweek, Frey subrayó que no basta con condenar los hechos y añadió: “Tenemos más armas en este país que gente, y todos debemos reconocer que no basta con decir que esto no debe ocurrir de nuevo y permitir que suceda repetidamente”.
Organizaciones sociales y víctimas de tiroteos anteriores también manifestaron su preocupación tras el ataque al colegio. Timberlyn Mazeikis, sobreviviente de un tiroteo en la Michigan State University en 2023 y voluntaria en Students Demand Action, escribió en un comunicado citado por Newsweek que mientras no se prohíban las armas de guerra en las calles, seguirán ocurriendo tragedias de este tipo: “Una semana después del inicio del año escolar, los colegios están bajo constantes amenazas, mientras los niños son baleados en la escuela”.
