La revelación de que Michael Gann, originario de Long Island, preparó y trasladó artefactos explosivos hechos en casa hasta la ciudad de Nueva York, generó preocupación entre las autoridades por la facilidad con que logró fabricar y almacenar estos explosivos. Fiscales federales imputaron al hombre de 55 años bajo acusaciones de construir siete bombas caseras con la ayuda de inteligencia artificial, en un proceso que el propio acusado describió a las autoridades como “más fácil que comprar pólvora”.
La acusación presentada por las autoridades sostiene que Gann trasladó varias de las bombas caseras desde Long Island hasta Manhattan, donde almacenó cinco de ellas junto a cuatro cartuchos de escopeta en la azotea de un edificio del barrio de SoHo.
Su plan incluía combinar los cartuchos de escopeta con uno o más de los artefactos improvisados para aumentar su capacidad destructiva. El entramado que llevó a la detención de Gann se desplegó a lo largo de varias semanas.
De acuerdo con el acta acusatoria, el 27 de marzo el acusado publicó un mensaje dirigido al presidente en el perfil oficial de Donald Trump en X, donde escribió: “Estimado @POTUS, justo ahora en Nueva York estoy pensando en que es una lástima que no se construyera el muro antes de que la Guardia Nacional tuviera que venir aquí por las protestas y disturbios. ¿O simplemente lanzaría una bomba sobre este lugar mientras siguen viniendo?”.
Cinco semanas después, las alarmas de los agentes federales se intensificaron cuando Gann publicó en Instagram: “¿Quién quiere que salga a jugar como si no hubiera mañana?”, lo que desembocó finalmente en su detención.
Durante el interrogatorio, Gann admitió a las autoridades que utilizó dos compuestos de uso doméstico que adquirió por internet para fabricar los explosivos. Además, confesó haber ordenado más de 200 tubos de cartón y más de 15 metros de mecha. Uno de los dispositivos contenía cerca de 30 gramos de pólvora explosiva, cantidad que supera en 600 veces el límite legal permitido para fuegos artificiales de consumo civil.
En la denuncia penal consta que el acusado actuó en solitario y no participaba en ninguna organización. “Gann presuntamente produjo múltiples dispositivos explosivos improvisados destinados a ser utilizados en Manhattan”, afirmó Christopher Raia, jefe de la oficina del FBI en Nueva York.
“Gracias a la exitosa colaboración de las fuerzas del orden en Nueva York, Gann fue puesto bajo arresto antes de que tuviera oportunidad de dañar a civiles inocentes”, añadió Raia. La investigación incluyó testimonios clave que ayudaron a los oficiales a reconstruir los movimientos y los planes de Gann.
Así se aprovechó el acusado de la IA
Un testigo, veterano militar estadounidense, contó al FBI que mientras el acusado mezclaba los explosivos en Inwood, localidad de Long Island, le preguntó: “¿Qué clase de veterano eres? Ves que hay un problema en el vecindario y no haces nada al respecto”. El testigo agregó en la denuncia que Gann señaló a una escuela judía mientras hacía el comentario.
Otro individuo aceptó colaborar con la agencia y realizó llamadas telefónicas a Gann que fueron registradas por el FBI. Según consta en la denuncia penal, en una de esas conversaciones Gann le aseguró que ya había detonado uno de los puntos explosivos cerca del East River sobre la autopista FDR Drive. Luego le transmitió que contemplaba deshacerse de los cinco dispositivos restantes arrojándolos al río o entregándolos al Departamento de Bomberos de la ciudad.
El mismo día de la conversación, 5 de junio, los agentes observaron a Gann caminando por la calle con una bolsa de hombro. Cuando se identificaron ante él, el acusado les manifestó que “se dirigía al departamento de bomberos para dejar los dispositivos”, según la denuncia. Posteriormente, tras recibir la advertencia legal sobre sus derechos, declaró a los investigadores que “quería fabricar pirotecnia y utilizó inteligencia artificial para conocer qué sustancias debía comprar y mezclar”, relató la acusación penal citada por el medio.
Con información de Infobae.