Decenas de personas se manifestaron en Jerusalén y frente al Parlamento israelí durante la noche del martes y la mañana del miércoles, en lo que se considera la protesta más significativa en meses contra el gobierno de Benjamín Netanyahu. Las movilizaciones, organizadas por diversas agrupaciones opositoras, surgen en respuesta a la reciente decisión del primer ministro de destituir a Ronen Bar, jefe del Shin Bet, el servicio de inteligencia interior de Israel.
Entre los participantes se encuentran exfuncionarios de defensa agrupados en el Foro Escudo Defensivo, así como miembros del Movimiento por un Gobierno de Calidad en Israel, que se han opuesto a las reformas judiciales impulsadas por el actual gobierno. Asimismo, familias de rehenes capturados durante la guerra en Gaza han unido sus voces a las protestas, criticando los bombardeos en la región y pidiendo la liberación de sus seres queridos, que se encuentran en manos de grupos militantes palestinos como Hamás.
Zeev Berar, un manifestante de 68 años que viajó desde Tel Aviv, expresó su deseo de que «todo el pueblo de Israel se una al movimiento» hasta que se restablezca la democracia y se liberen los rehenes. Los allegados de los cautivos sostienen que el reinicio de los bombardeos por parte de Netanyahu podría poner en peligro la vida de aquellos que todavía permanecen con vida.
Los críticos del primer ministro acusan a Netanyahu de aprovechar la guerra para desviar la atención de las críticas hacia su gobierno y consolidar su poder. «Esta ya no es una guerra que se trata de algo importante, se trata de la supervivencia de este Gobierno», declaró Koren Offer, una de las manifestantes en Jerusalén. La situación recuerda las masivas protestas de 2023, cuando Netanyahu intentó destituir al entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, por oponerse a la reforma judicial que él proponía.
El actual conflicto en Gaza ha reavivado tensiones en torno a la seguridad nacional y la estabilidad política en Israel. De las 251 personas secuestradas durante el ataque de Hamás el 7 de octubre, 58 siguen en cautiverio, mientras que el ejército israelí estima que 34 de ellas han fallecido. La decisión de Netanyahu de destituir al jefe del Shin Bet ha sido interpretada por sus opositores como un ataque a una institución clave en el estado, especialmente en un momento tan crítico.
El panorama político se complica aún más con la reciente aprobación del regreso de Itamar Ben Gvir como ministro de Seguridad Nacional, quien se opone abiertamente a cualquier tregua en Gaza, y con un procedimiento legislativo en curso contra la fiscal general, Gali Baharav-Miara, quien ha expresado reservas sobre las políticas del gobierno.
La situación en Gaza sigue siendo tensa, con un renovado bombardeo israelí que ha resultado en cientos de muertes de palestinos. Este nuevo ciclo de violencia ha atraído condenas de varios países, así como de organizaciones internacionales, en un contexto donde la tregua previa ofrecía un respiro a la asediada población de la Franja.
Con información de DW.