El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco ha confirmado que Eduardo Lerma Nito, cuyo nombre se hizo conocido tras el hallazgo de una conmovedora carta de despedida en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, se encuentra a salvo y con su familia desde octubre de 2024. Este desarrollo ha generado un alivio significativo entre los grupos de búsqueda y la comunidad en general, quienes habían temido lo peor tras la difusión de su caso.
A través de sus redes sociales, el colectivo hizo un llamado a la comunidad para que cesara la difusión de información sobre el joven, enfatizando que su localización representa una victoria en la lucha por encontrar a personas desaparecidas. “Gracias a Dios, Eduardo está bien”, comunicaron, acompañando el mensaje con una fotografía en la que se le ve sosteniendo una hoja con el número de folio de su ficha de búsqueda, datada el 21 de octubre de 2024.
La historia de Eduardo tomó un giro inesperado cuando su carta fue encontrada en un lugar conocido como sitio de exterminio, lo que llevó a muchos a suponer que podría ser una de las víctimas del violento contexto que rodea a la región. Sin embargo, su regreso a casa ha reavivado la esperanza de otros colectivos que buscan a sus seres queridos desaparecidos, resaltando la importancia de seguir luchando por la vida de aquellos que aún no han sido localizados.
El rancho Izaguirre ha sido objeto de investigaciones, donde se han descubierto hornos clandestinos y restos humanos que serán analizados. La situación ha puesto de manifiesto las deficiencias en la investigación de casos de desapariciones en la región, lo que ha llevado al gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, a reconocer la necesidad de una colaboración efectiva entre las autoridades estatales y federales para abordar el caso.
Lemus se mostró abierto a que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso, asegurando que su gobierno continuará apoyando la investigación y que se tomarán medidas para sancionar a los funcionarios que hayan incurrido en omisiones durante el proceso. “Vamos a hacer la investigación para ver si hay omisiones de parte de algún funcionario”, afirmó.
A medida que se avanza en la búsqueda de justicia y verdad en estos casos, la historia de Eduardo se erige como un recordatorio de la urgencia de actuar ante la crisis de desapariciones en México, y la importancia de la colaboración entre la sociedad civil y las autoridades para lograr resultados concretos.
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