Un nuevo estudio publicado en la revista Science ha revelado un preocupante descenso en las poblaciones de mariposas en Estados Unidos, con una reducción del 22% en los últimos 20 años. Este análisis, que abarca 76.957 estudios en 2.478 ubicaciones, destaca la urgente necesidad de implementar acciones de conservación para frenar esta tendencia alarmante.
La investigación, liderada por Collin Edwards, muestra que la abundancia de mariposas ha disminuido en un promedio del 1,3% anualmente a nivel nacional, siendo el suroeste del país la región más afectada. Solo el noroeste del Pacífico presentó un ligero aumento del 10%, atribuido en gran medida a un auge temporal de la mariposa carey de California, lo que plantea dudas sobre la sostenibilidad de esta recuperación.
El estudio ha identificado que un 33% de las especies de mariposas han experimentado pérdidas significativas, mientras que más de 100 especies han disminuido en más del 50%, con 22 de ellas sufriendo descensos superiores al 90%. Este declive no solo afecta a la biodiversidad, sino que también tiene repercusiones más amplias en los ecosistemas, ya que las mariposas son polinizadores cruciales y una fuente de alimento para aves y otros organismos.
Elise Zipkin, coautora del estudio y profesora en la Universidad Estatal de Michigan, enfatiza la necesidad de actuar con urgencia. «Perder un 22% de las mariposas en solo dos décadas es angustioso y demuestra la clara necesidad de intervenciones de conservación a gran escala», afirma.
Los datos del estudio también revelan que la disminución de las mariposas coincide con la pérdida drástica de aves en Norteamérica, donde se han perdido cerca de 3.000 millones de ejemplares en los últimos 50 años. Este patrón sugiere una crisis ecológica que requiere atención inmediata.
Los investigadores sostienen que la falta de estrategia en el uso de insecticidas y el mal manejo de tierras de cultivo son factores clave en este declive. Nick Haddad, otro de los firmantes del estudio, opina que la solución no está fuera de alcance, pero requiere voluntad política. «El 20% de las tierras agrícolas son poco productivas; desarrollar políticas que devuelvan estas áreas a la naturaleza podría beneficiar a las mariposas y a otros insectos», concluye.
Ante la gravedad de la situación, los científicos hacen un llamado a los responsables políticos para que se implementen esfuerzos de conservación tanto a nivel local como nacional, asegurando así la supervivencia de estas importantes criaturas en el futuro.
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