La vasta operación policial y militar de Francia se debe en gran parte a los Olímpicos que tendrán lugar del 26 de julio al 26 de agosto. 11 Juegos enfrentan desafíos de seguridad sin precedentes. La ciudad ha sufrido repetidamente ataques extremistas mortales y las tensiones internacionales son altas debido a las guerras en curso en Ucrania y Gaza.
En lugar de construir un parque olímpico con sedes agrupadas fuera del centro de la ciudad, como Río de Janeiro en 2016 o Londres en 2012, París ha elegido acoger muchos de los eventos en el corazón de la capital de 2 millones de habitantes, junto con otros repartidos por los suburbios que albergan a millones más.
La construcción de estadios deportivos temporales en espacios públicos y la decisión sin precedentes de organizar una ceremonia de apertura a lo largo del río que se extenderá por kilómetros a lo largo del Sena, hace que salvaguardarlos sea más complejo.
Los organizadores olímpicos también están preocupados por los ciberataques, mientras que los defensores de los derechos humanos y los críticos de los Juegos están preocupados por el uso por parte de París de tecnología de vigilancia equipada con inteligencia artificial y el amplio alcance y escala de la seguridad olímpica.
En resumen, París tiene mucho en juego para mantener seguros a 10 mil 500 atletas y millones de visitantes. Así es como pretende hacerlo:
El operativo de seguridad en cifras
Los Juegos han hecho que hasta 45 mil policías y gendarmes se sumen a un contingente de 10 mil soldados que ha establecido el campamento militar más grande en París desde la Segunda Guerra Mundial. Desde allí los uniformados deberían poder llegar a cualquiera de las sedes olímpicas de la ciudad en 30 minutos.
Las patrullas militares armadas a bordo de vehículos y a pie se han vuelto comunes en lugares concurridos de Francia desde que hombres armados y atacantes suicidas que actuaban en nombre de Al Qaeda y el autodenominado Estado Islámico atacaron repetidamente París en 2015.
No tienen poderes policiales de arresto, pero pueden enfrentarse a los atacantes y contenerlos hasta que llegue la Policía. Para los visitantes de países donde las patrullas callejeras armadas no son la norma, ver soldados con rifles de asalto puede resultar discordante, tal como lo fue inicialmente para los ciudadanos en Francia.
«Al principio, les resultaba muy extraño vernos y siempre evitaban nuestra presencia, esquivándonos», señaló el general Éric Chasboeuf, subcomandante de la fuerza militar antiterrorista, denominada Sentinelle.
“Ahora forma parte del paisaje”, describió.
Aviones de combate y drones, la seguridad desde el aire
Aeronaves de combate Rafale, vuelos de vigilancia AWACS para el seguimiento del espacio aéreo, drones de vigilancia Reaper, helicópteros que pueden transportar francotiradores y equipos para desactivar drones vigilarán los cielos de París, que estarán cerrados durante la ceremonia de apertura por una zona de exclusión aérea que se extenderá a lo largo de 150 kilómetros alrededor de la capital.
Las cámaras combinadas con software de inteligencia artificial (autorizado por una ley que amplía los poderes de vigilancia del Estado para los Juegos) señalarán posibles riesgos de seguridad, como paquetes abandonados o aglomeraciones de multitudes.
Francia también recibe ayuda de más de 40 países que, en conjunto, han enviado al menos mil 900 refuerzos policiales.
Los ataques perpetrados por personas solitarias son motivo de gran preocupación, un riesgo que los funcionarios franceses advirtieron más recientemente tras el intento de asesinato contra el expresidente y candidato republicano Donald Trump, de cara a las elecciones del próximo noviembre.
Algunos involucrados en la operación de seguridad olímpica quedaron atónitos de que el pistolero armado con un rifle estilo AR se ubicara a una distancia desde la que pudo disparar contra el exmandatario.
“Nadie puede garantizar que no habrá errores. Allí, sin embargo, fue bastante evidente”, subrayó el general Philippe Pourqué, quien supervisó la construcción de un campamento temporal en el sureste de París para albergar a cuatro mil 500 soldados de la fuerza Sentinelle.
En Francia, sólo en los últimos 13 meses, hombres que actuaron solos llevaron a cabo ataques con cuchillo contra turistas en París y niños en un parque de una ciudad alpina, entre otros. Un hombre que mató a puñaladas a un profesor en su antigua escuela secundaria en el norte de Francia, en octubre de 2023, había estado bajo vigilancia de los servicios de seguridad franceses por sospecha de radicalización islámica.
Con una larga y amarga experiencia en ataques extremistas mortales, Francia se ha armado con una densa red de unidades policiales, servicios de inteligencia e investigadores especializados en la lucha contra el terrorismo y los sospechosos en casos de terrorismo pueden permanecer detenidos durante más tiempo para ser interrogados.
Estamos especialmente atentos a los ciudadanos rusos y bielorrusos
Cientos de miles de verificaciones de antecedentes han examinado a los poseedores de entradas olímpicas, trabajadores y otras personas involucradas en los Juegos y a los solicitantes de pases para ingresar a la zona de seguridad más estrictamente controlada de París, a lo largo de las orillas del Sena. Los controles impidieron la asistencia de más de tres mil 900 personas, afirmó el ministro del Interior, Gerald Darmanin.
«Estamos especialmente atentos a los ciudadanos rusos y bielorrusos», añadió Darmanin, aunque no llegó a vincular las exclusiones con la guerra de Rusia en Ucrania y el papel de Minsk como aliado de Moscú.
Darmanin sostuvo que 155 personas consideradas “muy peligrosas” como posibles amenazas terroristas también se mantienen alejadas de la ceremonia inaugural y de los Juegos y en algunos casos la Policía registra sus hogares en busca de armas y computadoras.
El ministro también señaló que los servicios de inteligencia no han identificado ningún complot terrorista comprobado contra los Juegos «pero estamos siendo extremadamente atentos», remarcó.
Los críticos temen que la seguridad olímpica intrusiva se mantenga después de los Juegos
A los defensores de los derechos digitales les preocupa que las cámaras de vigilancia olímpicas y los sistemas de inteligencia artificial puedan erosionar la privacidad y otras libertades, y centrarse en las personas sin hogar fijo que pasan mucho tiempo en espacios públicos.
Saccage 2024, un grupo que ha hecho campaña durante meses contra los Juegos de París, reprochó los alcances de la seguridad olímpica, calificándola de “arsenal represivo” en una declaración a la agencia de noticias AP.
«Y esto no es una excepción francesa, ni mucho menos, sino un hecho sistemático en los países anfitriones (…) ¿Es razonable ofrecer un mes de ‘festividades’ a los turistas más acomodados a costa de un legado de titulización a largo plazo para todos los residentes de la ciudad y del país?”, cuestionó.
Con información de France 24.
