Aunque los expertos que asesoran a la clientela más exquisita siguen recomendando posponer las bodas por la crisis sanitaria, Miguel Marinero, con valentía, da un paso hacia adelante y presenta su primera colección de novia, en la que propone vestidos minimalistas, sin adornos ni ostentaciones.
«Se trata de una coleccio´n cargada de sentimiento, sincera, femenina y con un punto rebelde», ha explicado este jueves a EFE el fundador de la firma, Miguel Marinero, quien reconoce que este nuevo trabajo es un acto de «valentía con la que está cayendo».
«¿Pero si no qué haces?» se pregunta este diseñador que cuenta con 45 años de oficio y ha atravesado muchas crisis, «tenemos que levantar el vuelo como el ave fénix, no queda otra».
Con esta pandemia la moda y el lujo está sufriendo, «se vende menos, pero hay un público que busca poco y bueno», reconoce el diseñador quien apela al consumo responsable, «dado que es el pilar de la sostenibilidad».
Con las medidas de seguridad oportunas, la firma ha presentado esta nueva colección en la madrileña Sala Alcalá 31, «queríamos que fuese presencial, es muy importante ver las prendas en movimiento», asegura Marinero que no es partidario del formato virtual.
Esta crisis sanitaria ha cambiado la forma de presentar la moda, «no si es necesario desfilar dos veces al año, pero lo que está claro es que cada firma desarrollará una forma con la que se identifique y seduzca a sus clientes», añade.
«La moda lenta es el futuro», dice con rotundidad Marinero curtido en el lujo, peletero primero y costura después, más en esta última etapa cuando su hijo Nicolás ha tomado mandos del prêt-à-porter.
Con orgullo dice que esta primera colección nupcial, «Querida Adéle», ha sido realizada en un 90 por ciento por sus hijos, Nicola´s -director creativo- e Inés, -encargada del desarrollo de la firma-.
«Desde hace tiempo cuento un buen relevo generacional», asegura Marinero que detalla que a través de un minimalismo muy depurado han confeccionado piezas «sin adornos ni ostentaciones».
Siempre en la bu´squeda de la belleza y el optimismo, este creativo recupera técnicas artesanales como los plisados a mano, drapeados o bordados en cerámica para vestir a una novia contemporánea que prescinda de adornos o abalorios innecesarios.
Tejidos naturales como el lino seda, el gazar, chiffon u organzas ayudan a encontrar el volumen desestructurados y patrones arquitectónicos. «Ha sido difícil y costoso este trabajo, sobre todo hasta conseguir las texturas soñadas».
Unos tejidos delicados, ligeros, que fluyen y reflejan las formas femeninas. «El resultado no es austero, es delicado y singular», dice este diseñador referente de la moda de autor e impulsor de la artesani´a. «Son vestidos hechos por manos expertas durante 300 y 400 horas».
No se trata de una colección al uso, «es como un catálogo para que las futuras novias vean los que sabemos hacer y les sirva para inspiración para confeccionar su modelo exclusivo», concluye.