México, El Salvador, Kenia, Pakistán, Bangladés, Filipinas y Sri Lanka se encuentran entre los que han visto de un repunte de los flujos en los últimos meses, lo que les ha ayudado a reducir las brechas de cuenta corriente, estabilizar sus monedas y cumplir con los pagos de deuda externa.
Estos países han liderado una recuperación sorprendente de las remesas en la segunda mitad de 2020, gracias a que la desaceleración de los flujos en medio de la pandemia resultó menos grave de lo que se temía inicialmente.
Los migrantes han ayudado a mitigar el impacto económico de la pandemia, retirando parte de sus ahorros para ayudar a sus familias en su país de origen y enviar más dinero a través de canales oficiales en lugar de en persona, mientras se benefician del acceso a ayuda estatal, incluidas entregas de dinero, en los países que los han recibido, como en Estados Unidos.
Si bien las vacunas deberían ayudar a que la actividad económica vuelva a la normalidad, el riesgo de una creciente pérdida de puestos de trabajo a medida que disminuye el apoyo del gobierno significa que tales flujos, una fuente de ingresos de divisas y motor del Producto Interno Bruto para muchos países emergentes, podrían frenarse en 2021.
El desempleo en los países ricos del G-20, que albergan una proporción considerable de migrantes, alcanzaría el 10% para fines de 2020 y el próximo año se mantendría por encima de los niveles de fines de 2019, proyectó la OCDE.
“Países como Pakistán, Bangladés y Filipinas, que reciben alrededor del 9% o 10% del PIB de las remesas, tienen una ventana de oportunidad para invertir estos flujos en áreas productivas de la economía para ayudar a su recuperación”, dijo Emre Akcakmak, gerente de cartera de East Capital, especialista en mercados emergentes y de frontera.
“En algún momento esta ventana puede cerrarse, ya que las personas pueden perder sus trabajos o decidir regresar a sus países de origen”, agregó.
La depreciación de la moneda de México ha ayudado a encaminar al país hacia su mayor superávit en cuenta corriente en más de 30 años, estima Goldman Sachs.