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Trump, entre virus, fobias y retos

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Por: Salvador Cosío Gaona

Para muchos es conocido que el presidente Donald Trump le tiene fobia a los gérmenes, él mismo se ha encargado de revelarlo en diversas oportunidades. De ahí que no deja de llamar la atención que sea justamente un virus el que le esté causando serios problemas e imponiendo retos que lo tendrán a prueba en los subsecuentes meses. 

El presidente de los Estados Unidos de América odia los gérmenes, sufre con ellos, y quizá por esa razón pudiese percibirse como una mala broma del destino lo que le ocurre al inquilino de la Casa Blanca. 

Me explico, el COVID-19, mejor conocido como coronavirus, la enfermedad que ha puesto en jaque al mundo entero, ha causado ya varios daños en el vecino país del norte, donde ha dejado, hasta el miércoles, 36 muertes, y un mil 282 casos confirmados de la también conocida como neumonía de Wuhan. 

Entre las víctimas del novedoso virus no  se descarta que pudiese estar el mismo presidente Trump, quien pudo haber contraído la enfermedad el pasado fin de semana cuando cenó con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien lo visitó en la casa propiedad del mandatario estadounidense en el sur de Florida, y este jueves se ha revelado que el presidente sudamericano dio positivo a la prueba de COVID-19. Trump no ha querido hacerse la prueba, de tal suerte que se desconoce si contrajo o no el virus. 

Pero no solo ahí quedaría la trastada del destino, sino que ese mismo virus le puede jugar en contra si su gobierno no acierta en las medidas y estrategias para frenar la propagación del virus en la Unión Americana, lo que los estadounidenses le podrían cobrar en las votaciones presidenciales del 3 de  noviembre próximo, en las que buscará su reelección. 

Hace aproximadamente un mes algunos expertos se preguntaban y elucubraban cómo reaccionaría el presidente de los Estados Unidos de América del Norte, ante una epidemia de coronavirus en su país, siendo que fue un duro crítico cuando un brote del virus del Ébola tocó las costas de Estados Unidos a mediados del 2014, cuando el presidente en turno era Barack Obama. 

Esa duda fue develada la noche del miércoles 11 de marzo, tras haber ordenado cerrar las fronteras a todos los vuelos a la Unión Americana desde Europa, lo que le ha acarreado una serie de críticas por parte de diversas instancias pero principalmente de la Unión Europea. 

Trump siguió muy de cerca la epidemia y descargó severos comentarios sobre lo peligrosa que era la respuesta de la administración de Obama. Exigió tomar medidas draconianas como cancelar vuelos, forzar cuarentenas e incluso negarles el regreso a los médicos estadounidenses que habían contraído la enfermedad en África.

“Un paciente con ébola será traído a Estados Unidos dentro de unos días; ahora sé con certeza que nuestros líderes son incompetentes. ¡MANTÉNGALOS FUERA DE AQUÍ! ” tuiteó Trump el 31 de julio después de enterarse de que un médico estadounidense sería evacuado a Atlanta desde Liberia. “Estados Unidos no puede permitir que las personas infectadas con EBOLA regresen”, escribió al día siguiente, y agregó: “Las personas que van a lugares lejanos para ayudar son geniales, ¡pero deben sufrir las consecuencias!”

En casi 50 tuits, así como en entrevistas en Fox News y otros canales, Trump apoyó prohibiciones de vuelo y cuarentenas estrictas y calificó el despliegue de tropas del presidente Barack Obama en África Occidental para combatir la enfermedad como una medida “moralmente injusta”.

Muchos expertos en salud calificaron las respuestas de Trump como extremas, señalando que los trabajadores de salud probablemente habrían enfrentado una muerte agonizante si no hubieran sido evacuados a hospitales estadounidenses. Ex funcionarios de la administración de Obama dijeron que su comentarios avivaron el alarmismo en los medios de comunicación y difundieron el miedo entre el público.

Ahora, Trump enfrenta a otra epidemia en forma del coronavirus, esta vez al frente de las agencias de salud y seguridad nacional del país.

Hasta el pasado fin de semana el presidente Donald Trump había negado que le preocupase “en absoluto” una posible proximidad del coronavirus a la Casa Blanca después del primer caso registrado el sábado en la capital de la nación.

Las autoridades de Maryland dijeron el sábado que una persona que asistió a una reciente Conferencia Conservadora de Acción Política en el suburbio de Oxon Hill dio positivo del virus.

Trump y el vicepresidente Mike Pence pronunciaron discursos en esa conferencia. La Casa Blanca señaló el sábado que no había indicio de que alguno de ambos se hubiera reunido o hubiera estado en “estrecha proximidad” con la persona infectada que asistió al acto.

A la pregunta de si le preocupaba la presencia del virus en Washington, Trump declaró: “No, no me preocupa en absoluto. No. Hemos hecho un gran trabajo”.

Pero, al parecer el nuevo desplome de Wall Street que provocó que el Dow Jones entrara en terreno bajista tras once años de subidas ininterrumpidas, lo hizo cambiar de opinión. 

Apenas unos minutos después, dirigió un mensaje a la nación desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, en lo que representa la más contundente medida lanzada hasta ahora por Trump, que teme una brusca desaceleración de la economía en año electoral. «Se trata de una medida dura, pero necesaria», dijo Trump. 

El presidente de Estados Unidos, oficializó la suspensión de todos los vuelos comerciales hacia y desde Europa en los próximos 30 días a causa de la vertiginosa expansión del coronavirus en el Viejo Continente, medida, que comenzará a aplicarse a partir de la medianoche del viernes, y que no afecta a Reino Unido.

En una transmisión televisiva en horario de máxima audiencia, Trump se dirigió a los ciudadanos para anunciar dicha decisión “sin precedentes” ante esta “horrible infección” acusando a la Unión Europea de haber empeorado la situación por no haber tomado precauciones a tiempo.

La restricción afecta a los ciudadanos extranjeros que hayan pasado por el territorio Schengen en los últimos 14 días y exime a los estadounidenses o residentes permanentes en el país. Tampoco el comercio se verá limitado. Trump también ha anunciado medidas económicas extraordinarias, como el aplazamiento en el pago de impuestos para algunos trabajadores y pequeños negocios castigados por el brote o la suspensión de los copagos sanitarios relacionados con el tratamiento del virus.

El mandatario ha defendido las medidas tempranas decididas por su Gobierno. “Nuestro equipo es el mejor del mundo. Muy al principio del brote, introdujimos restricciones de viaje sobre China y la primera cuarentena obligatoria en 50 años”, entre otras actuaciones, gracias a las cuales hasta hoy se han registrado en EEUU “menos casos que en Europa”.

Los dirigentes de la Unión Europea (UE) en tanto, han criticado la decisión «unilateral» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de prohibir entrar en su país a los extranjeros procedentes de Europa para prevenir la propagación del coronavirus. Trump reconoció que la prohibición de viajes desde la Unión Europea a su país por 30 días tendrá un «gran impacto» en la economía.

«La UE desaprueba el hecho de que (…) la prohibición de viajar se haya adoptado unilateralmente y sin consulta», reza una declaración de la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y de su par del Consejo Europeo, Charles Michel.

Así que, solo el tiempo y las urnas, dictarán si las decisiones del polémico presidente de los Estados Unidos de América del Norte fueron las correctas para frenar la propagación del virus en aquel país. 

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@salvadorcosio1 

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