«En apoyo a todos los inmigrantes estaremos cerrados (el) jueves», se lee en un cartel detrás del vidrio de un restaurante mexicano con sus puertas cerradas en el barrio de Harlem en Nueva York. Sus dueños apoyaron la convocatoria hecha por redes sociales con el fin de protestar contra las medidas migratorias del nuevo gobierno de Donald Trump y mostrarle la importancia de los inmigrantes en Estados Unidos.
Se desconoce quién o qué organización hizo el llamado que se viralizó con el transcurso de los días por las redes sociales con la consigna «no ir a trabajar, no abrir nuestros negocios, no comprar en tiendas o por internet, no comer en restaurantes, no comprar gasolina, no ir a clases, no mandar a nuestros hijos a la escuela». Pero en ciudades de todo el país, desde Austin hasta Washington DC, algunos negocios –especialmente restaurantes que suelen emplear una gran cantidad de inmigrantes– decidieron no abrir como gesto de respaldo.
» Es una manera de demostrar que como latinos tenemos un poder económico muy importante dentro de la comunidad y que no lo pueden dejar de lado simplemente por iniciativas o leyes que no tienen ni pies ni cabeza», dijo Paul Castillo, gerente de la taquería Arandinas, en el norte de Austin, Texas, en alusión a las órdenes ejecutivas y medidas migratorias de Trump que han sembrado el miedo entre los inmigrantes hispanos.
Más al norte, en Washington DC y en Chicago, otros propietarios que están de brazos caídos este jueves son los famosos chefs José Andrés, quien afrontó una demanda de Trump por cancelar un plan para abrir un restaurante en un hotel de Washington, y Rick Bayless. El español José Andrés explicó a Univision Noticias que cerró sus locales para decirle a la administración del empresario convertido en político que «formamos parte del ADN de América. América no puede funcionar sin nosotros».
Bayless, por su parte, afirmó en un comunicado que «durante décadas hemos sido un lugar que ha acogido, respetado y promovido a nuestro personal inmigrante».