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5 formas de acabar con la ‘crisis de los 40’

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Más temida que el famoso muro del maratón, la ‘crisis de los 40’ se convierte en una de las mayores losas para hombres y mujeres. Un punto de inflexión en el que se reproducen, en grandes ocasiones, cuadros de ansiedad, inseguridad y depresión por el paso del tiempo y la no consecución de ciertos objetivos marcados por la propia persona, su entorno o, incluso, la sociedad

Te levantas cada mañana, entras al aseo y te miras en el espejo, pero no ves lo que te gustaría. Canas, alopecia, arrugas, unos kilos de más… Un sinfín de complejos que despiertan con una cuarta década de vida que, pese a ser motivo de celebración, se convierte en un tormento para la mayoría.

Basta de lamentos, se acabaron las contemplaciones. Es el momento de actuar, de dar un paso al frente y acabar con todos esos complejos que te alejan de la felicidad que te mereces. A continuación te ofrecemos un listado de propuestas para que dejes atrás tus miedos e inseguridades por la ‘crisis de los 40’:

1. Empieza a correr

Ha llegado el momento, tú momento. La hora de preocuparte más por tu estado físico que por tus complejos. Hazte con unas buenas zapatillas para correr, siempre acudiendo a los mayores especialistas para que te asesoren en la compra del modelo que mejor se adapte a tus necesidades. El mejor consejo que puedes seguir en este momento es evitar obsesionarte. Empieza saliendo a correr y andar, intercalando tramos de carreras suave con otros caminando hasta que te adaptes a este nuevo modelo de vida. A medida que vayas encontrándote más cómodo, puedes comenzar a trabajar con un plan de entrenamiento para principiantes como los que encontrarás en nuestra página web.

2. Haz tu primera carrera

¿Llevas tiempo corriendo pero aún no te has rendido a las mieles de la competición? Quizá ha llegado el momento de probarlo. Empieza por un 5K, una distancia asequible que te permitirá disfrutar de la experiencia sin sufrir demasiados estragos. ­En esta primera incursión en el running más competitivo sería recomendable que realizarás varias cosas antes del día D como: reconocer el terreno (revisa el trazado de la carrera y memorízalo), evita marcarte un objetivo de tiempo, deja todo listo con anterioridad (ropa, zapatillas, reloj GPS, las llaves de casa, todo lo necesario para que tu experiencia sea completa) y reduce tus entrenamientos en los días previos a la carrera.

3. Da el salto a la media y larga distancia

Tu historial aglutina un sinfín de pruebas de 5 y 10 kilómetros, pero sientes que te falta algo. Cruzas la línea de meta de tus carreras y notas que te restan kilómetros por recorrer. ¡Ha llegado el momento! La hora de dar el salto al medio maratón y, por qué no, al maratón, dos distancias míticas que honran el desafío de Filípides. Deberás poner especial atención, si te vas a embarcar en esta preciosa aventura, a tus entrenamientos, vigilando con minuciosidad el trabajo de series, repeticiones, rodajes, tiradas largas, estiramientos, técnica de carrera y, cómo no, los descansos. Pero también deberás controlar tu alimentación e hidratación, claves para obtener un rendimiento a la altura de tus pretensiones.

4. Apúntate a una carrera en el extranjero

Una buena idea para combatir la depresión, que te ayudará a despejar tu mente y disfrutar de una nueva experiencia que llene tu alma y vacíe tu mente de pensamientos negativos. Existen multitud de grandes ciudades para corredores en todo el mundo que elevarán tu estado de ánimo hasta límites insospechados, desde Nueva York, Chicago, Boston, Londres, París, Berlín, hasta las otros destinos más exóticos como el desierto del Sahara o el Polo Norte. Será una gran oportunidad para disfrutar del running y el turismo, una experiencia que marcará un antes y un después en tu vida como corredor.

5. Hazte socio de un gimnasio

Seguro que tienes un gimnasio cerca de casa en el que trabajar tu cuerpo y, de paso, conocer nuevas amistades que te animen a seguir cuidándote. Cada año que sumamos a nuestro casillero de edad particular es más complicado deshacerse de esos kilos de más que nos marca la báscula, por lo que un pequeño empujoncito en el gym no te vendrá mal. Para que te hagas una idea, un trabajo aeróbico común quema un número determinado de calorías durante su ejecución, pero el trabajo de fuerza conlleva un gasto metabólico durante toda la jornada, no sólo mientras entrenas, sino también cuando duermes, descansas, trabajas. Asimismo, con el paso de los años, el riesgo de padecer osteoporosis se incrementa, sobre todo en mujeres tras la menopausia, y según los últimos estudios se ha demostrado que el trabajo de la fuerza, siempre controlado, resulta más adecuado que el de la resistencia.

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