Por: Salvador Cosío Gaona
En tanto el Presidente Enrique Peña Nieto al emitir un mensaje con motivo del inicio de la parte final de su sexenio, afirma que las famosas reformas estructurales son trascendentales y serán muy bien apreciadas en su justa dimension al paso de los años y que será la Historia la que habrá de justipreciarlas marcándolas como eficaces y exitosas, asegurando que ante el reto que implica la nueva administración de Los Estados Unidos de América encabezada por Donald Trump, México tiene viabilidad y fortaleza para salir adelante, lo cierto es que esas palabras suenan huecas ante los acontecimientos.
Y aun no inicia su mandato y ya está generando daños a México, además de provocar efectos telúricos estructurales que, aunque no debería ser, erosionan la estabilidad económica del país, como por ejemplo el anuncio en cuanto a que el consorcio industrial Carrier evitará consolidar inminente inversión en territorio mexicano y tras ello se advierte que otras grandes empresas harán lo mismo ante el claro discurso amenazante del patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política llamado Donald Trump, quien asegura que hará todo lo necesario para inhibir que inversionistas de su país instalen más plantas industriales fuera de su demarcación territorial y ‘las convencerá’ a base de amago con medidas facciosas en su contra.
Eso ya está haciendo mella en la confianza interna y hace que se afecte el flujo monetario, logrando que nuestra moneda se deprecie aún más frente a las divisas internacionales más sólidas. Además del tema Trump, hay que considerar la crisis del crudo y la atonía global que han sumido a México en un túnel de incierta salida. El peso no deja de tocar mínimos históricos, pues el dólar en las ventanillas bancarias se llega a cotizar en 21.15 pesos y es clara la amenaza de una recesión.
Aunque se pretenda matizar, el efecto Trump tocó a las estructuras institucionales y el Gobernador del Banco de México (BANXICO) Agustín Carstens Carstens, abandonó el timón del barco pues ha anunciado que a partir del 1 de julio dejará el cargo para incorporarse como gerente al ‘Banco de Pagos Internacionales’ y esa renuncia genera un nuevo golpe a la ya precaria estabilidad financiera mexicana.
Pero además del posible efecto Trump, en la renuncia de Carstens a BANXICO hay una lectura que el propio próximo ExGobernador del Banco Central mexicano ha prohijado se acentúe la elucubración, pues dijo: De ninguna manera se debe leer mi salida a una reacción de mi parte de una situación coyuntural o a un desencuentro con Hacienda o el gobierno federal, todavía voy a estar siete meses y espero que la tormenta no dure tanto, y en una expresión que es difícil creer, se dijo sorprendido por el repentino nombramiento en el Banco de Pagos Internacionales pero fue claro al acentuar su interés en el nuevo encargo que tendrá y que seguramente fue firmemente buscado y conseguido por él mismo por ser realmente un escaparate importante y una real fuente de poder en la cual seguirá influyendo sobre la política económica y financiera de México, pero además al serle una salida oportuna ante la crisis nacional y la falta de entendimiento con las autoridades hacendarias mexicanas que encabeza José Antonio Meade Kuribreña. Entre reconocimiento a su interés en escapar a conflictos en México y poniendo con fina ironía la banderilla relativa a que será un personaje añorado posteriormente, dijo que durante mucho tiempo ha estado interesado en el papel que juegan los organismos internacionales y que su nuevo cargo le ofrece una oportunidad para participar en ellos y externó: Lo que me da tranquilidad es el hecho de que el Banco de México es una institución bien formada con estupendos miembros de grandes capacidades intelectuales.
La salida de Cartens provocará inestabilidad y abrirá pugna entre los grupos cercanos al Presidente Enrique Peña Nieto en razón de la búsqueda de obtener ganancia del cambio, influyendo en el proceso de elección del que será nuevo Gobernador de BANXICO. Tras la salida de Carstens del Banco Central mexicano, el Presidente Peña Nieto deberá designar a un sucesor que deberá ser ratificado por el Senado. Recientemente el Congreso federal confirmó el nombramiento de Alejandro Díaz de León Carrillo como subgobernador del banco central a partir del 1 de enero de 2017, pero aunque hay especulación en cuanto a que este personaje pudiera ser el nominado por Peña para suceder a Carstens Cartens, también hay rumores que involucran los nombres de Luis Videgaray Caso, Angel Gurría y Guillermo Ortiz Martínez.
Al margen de su morfología, hablando metafóricamente acorde a su impacto como señalado experto e influyente en materia económica, Agustin Carstens Carstens es lo que llaman ‘una vaca sagrada’ y por más que deba ser un personaje polémico, sus credenciales profesionales y académicas son importantes, en 1985 obtuvo el Doctorado Economia por la Universidad de Chicago, entre los años 1999 a 2000 se desempeñó como Director Ejecutivo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), de 2000 a 2003 fue Subsecretario de Hacienda en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), entre 2006 y 2009 fue titular de la SHCP y desde 2010 es el Gobernador del Banco de México (BANXICO).
Más allá de su posible eficiencia y presumible capacidad, en el sector financiero Carstens goza de prestigio por su formación y larga trayectoria en el sector público inmerso en instituciones del área económica y su palabra ha bastado en muchas ocasiones para tranquilizar a los mercados. Es reconocido por su pretensión permanente de cumplir el objetivo de preservar equilibrio en la economía y finanzas públicas y mantener a nivel bajo la inflación, buscando apuntalar la estabilidad de un sistema financiero que como el mexicano es demasiado dependiente de las fluctuaciones en los mercados internacionales. Nunca ha ocultado su empeño en procurar consolidar una moneda mexicana fuerte y capaz de flotar sobreviviendo a toda marejada y a él debe anotársele el presumible éxito obtenido este año en cuanto a que la inflación haya llegado a situarse en su nivel históricamente más bajo, así como que a pesar de que se dieron fuertes sacudidas financieras de origen interno y las oleadas fuertes originadas desde el exterior como la del famoso ‘Brexit’, la situación no se haya tornado tan drástica y a pesar de haberse provocado creciente problemática desequilibrante para la economía nacional, los daños no hayan sido tan lamentables.
Como Gobernador del BANXICO, Carstens tenía o incluso puede decirse que aún tiene, que enderezar una eficaz estrategia a efecto de afrontar con éxito y palear las amenazas del patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política llamado Donald Trump, que desde su campaña electoral y con acento mayor tras haber sido declarado triunfador en la elección presidencial del vecino país del norte, ha venido amagando con imponer trabas fiscales para reducir las remesas que los mexicanos habitando en ese su país envían por cantidades mucho muy abultadas a sus familia en México y castigar fiscalmente a las empresas estadounidenses que se trasladen a nuestro país, así como derrumbar tratados comerciales internacionales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e imponer aranceles altos a la introducción de productos mexicanos al territorio norteamericano.
A medida que el tal Trump avanzaba en las encuestas, Carstens instrumentó cinco ocasiones durante el presente 2016 consecutivas alzas en las tasas de interés crediticio, que pasaron del 3% hasta el 5.25%, lo que aunque provocó alza inflacionaria, evitó que se acentuara la vertiginosa depreciación del peso mexicano. Pero siendo claro que es tan fuerte el embate hacia nuestra economía y esta es tan endeble, que resulta indudable que este año 2017 será el de la gran tormenta, ya que la inflación se incrementará, además de los problemas internos y las inminentes políticas que habrá de imponer el tal Trump se gestará en México una recesión histórica. En previsión, el propio Carstens recién rebajó nuevamente el pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2016 y 2017, hasta situarse en 1.5% y 2.3% pero eso ha seguido generando incertidumbre y decaimiento de inversión privada y pérdida de empleo.
En ese escenario poco ventajoso para México, Carstens ha decidido abandonar el barco con la especulación en cuanto a la existencia de desacuerdos internos con el gobierno federal mexicano o la decisión gubernamental de imponer a otro gobernador más maleable en una época electoral.
Como es sabido, a partir del 1 de octubre de 2017, Agustín Carstens será la cabeza del Banco de Pagos Internacionales, institución fundada en 1930 que tiene su sede en Basilea, Suiza y se encarga de respaldar a los bancos centrales del mundo para conseguir la estabilidad financiera en sus países, siendo una entidad que fondea 60 bancos centrales de varias naciones y concentran el 95% del PIB mundial. El Banco de Pagos Internacionales participa también en la regulación de los bancos a nivel global y Carstens será el primer experto financiero proveniente de un país emergente que lo va a encabezar.
A nadie se la escapa que Carstens siempre ha ambicionado un nuevo encargo internacional y que tenía la mirada fija en el FMI, donde en 2011 se postuló a la dirección y perdió frente a Christine Lagarde, de ahí que el anuncio de haber sido designado Gerente del Banco de Pagos Internacionales le cayó como anillo al dedo y le significa una buena salida.
No siendo un secreto la mala relación de Cartens con el titular de la SHCP José Antonio Meade , suena hipócrita la declaración de este: «Su nuevo puesto es un orgullo para el país y una muestra del talento de Carstens y de la fiabilidad que han alcanzado las finanzas públicas en México”.
Carstens y su salida de BANXICO han provocado que el peso sufriera una rápida caída y superase en menos de una hora la barrera de las 21 unidades por cada dólar y se ha iniciado una nueva tempestad que se prevé será mucho muy fuerte. La rapidez con la que se resuelva la sucesión en el Banco Central de México y la aceptación que en relación al elegido expresen en el sector financiero local y foráneo, serán señales determinantes para el auge o declive de los problemas y turbulencias económicas.
@salvadorcosio1
[email protected]
