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Cuatro formas de saber si su amistad vale la pena

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Después de la Universidad y antes de que –posiblemente- tengas un empleo muy demandante o una familia, llega un momento en el que tendrás un grupo más o menos variado de amigos de distintos origenes y antigüedad. Los de “toda la vida,” los de la escuela, los de tus actividades extra curriculares, los de la fiesta y los de la chamba (entre otros, hay gente sumamente sociable).

Por eso es también un buen momento para que evalúes quiénes son tus amigos, con quiénes vale la pena seguir adelante y cuáles –por mucho que se quisieran en otros tiempos- van a encaminarse lejos de ti y es lo mejor para ambos.

Cuando tengas poco tiempo de socializar, este filtro será bien útil para que lo inviertas de la mejor manera.

1. Interés mutuo

¿No te pasa que tienes amigos que hablan un montón? Y que ¿cuando intentas tomar la palabra, te interrumpen? ¿Que al final de la noche te das cuenta de que nisiquiera te preguntó cómo estabas? ¿Que si te fue bien, dijiste tres palabras? Por muy amigos que hayan sido, o por mucho que te simpatice alguien, uno de los aspectos más valiosos entre dos personas es compartir, intercambiar, conversar. Alguien tan egoísta que no le interesa en lo absoluto cómo te va, tu opinión o tus emociones no te sirve de gran cosa. Y alguien que te hace sentir que todo eso es irrelevante, menos. También es una buena oportunidad para que analices porqué te callas tanto y porqué estableces relaciones con gente así.

2. Soñadores y amargados

Estás en un momento de tu vida en el que todavía haces grandes planes para cumplir tus sueños. Viajar por el mundo, conseguir un trabajo incréible, poner un negocio exitosísimo o aprender a hablar chino, tú sabrás. ¿Cómo responden tus amigos a estos planes? ¿Se emocionan por ti inmediatamente? ¿Te instan a seguir adelante, te aconsejan? ¿O más bien tratan de “aterrizarte” y te sugieren panoramas más “realistas”?

Si bien ser práctico es importante, no tiene lugar cuando alguien comparte sus sueños, por alocados que sean. De hecho, si te quedas en el camino más sensato, seguramente no los cumplirás.

Soñar en grande está bien. Visualiza tu vida siendo muy feliz y trata de dar pasos pequeños para que ocurran. Su tus amigos no te dan su apoyo y amor, tal vez no deberían ser tus amigos.

3. Actitud

¿Alguna vez te has puesto a pensar cómo te sientes después de hablar con ciertas personas? Si al cabo de pasar tiempo con tu amigo te sientes empoderado, importante, contento, qué bien, tienes un buen amigo contigo. Pero si al final más bien estás estresado, cansado o saturado, igual estás cerca de alguien nocivo.

Una charla profunda y larga con un amigo debería hacerte sentir mejor, no peor.

4. Conveniencia

Muchas amistad empiezan por mera proximidad. Tu amigo el que trabaja cerca, el que va a clase de Yoga, o tu vecino. Con el tiempo esta gente se mueve de lugar y tú también. Lo bello de estas personas, es que a menudo conocen mejor tu vida porque te van más seguido, que los amigos a los que puedes ver de repente.

La cosa con este tipo de relación es preguntarse si tiempo límite de tiempo y espacio. Es decir ¿si se mudaran a otra parte o cambiaran de trabajo, seguirían siendo tan cercanos? Con un verdadero amigo la respuesta inmediata sería un sí.

La vida es difícil y no deja de ponerse cada vez peor. Los amigos son la familia que uno sí elige, hazlo con cuidado.

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