Un juez de control vinculó a proceso a Carlos Alfredo “N”, conductor de la Línea 3 del Metro capitalino, por la posible comisión de los delitos de homicidio y lesiones, ambos culposos, por el choque de trenes ocurrido el pasado 7 de enero en la interestación Potrero-La Raza, que le costó la vida a una persona y dejó a un centenar de lesionados.
En un comunicado, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) señaló que con los datos de prueba ofrecidos por el Ministerio Público, el juez Júpiter Palacios Ruiz determinó el procesamiento del imputado, ratificó la medida cautelar de resguardo domiciliario y fijó seis meses para el cierre de la investigación complementaria.
Durante la continuación de la audiencia inicial, que duró más de siete horas, el juez negó a la defensa del imputado la nulidad del proceso.
Carlos Alfredo “N” compareció de forma virtual desde el hospital, dado que fue intervenido quirúrgicamente este miércoles por las lesiones que sufrió durante el choque de trenes.
La Fiscalía señala que, de acuerdo con su investigación, posiblemente el conductor no se apegó a los lineamientos contenidos en los manuales técnicos, excedió el límite de velocidad en Conducción Manual Restringida y cambió a conducción en Pilotaje Automático, cuando está prohibido en marcha de seguridad.
Asimismo, la indagatoria refiere que posiblemente no se comunicó en ningún momento al Puesto de Control Central para notificar el cambio de tipo de conducción, además de que no realizó ninguna maniobra para detener el tren y evitar el hecho.
Los abogados del imputado señalaron que el Sistema de Transporte Colectivo (STC) le reclama 260 millones de pesos a su cliente por los daños materiales al tren y a las vías y otros 120 mil pesos por 19 víctimas, entre las que no se contó a la joven estudiante Yarezti Adriana Hernández Fragoso, quien falleció en el siniestro.
Apunta que el viernes 6 de enero de 2023 a las 20:00 horas se reportó al Puesto de Control Central una falla en la señalización al interior del túnel afectando un conjunto de indicaciones que regulan el avance de los trenes.
A la media noche del sábado 7 de enero el equipo de la gerencia de mantenimiento técnico se presentó al cierre del servicio para hacer el diagnóstico y detectaron un enorme daño material, “causado por la quema deliberada de cables en uno de los registros ubicados en la zona oriente de la estación Potrero”, por lo que determinaron que la normalización del servicio llevaría el tiempo equivalente a varios turnos de trabajo, indicó el vocero de la Fiscalía capitalina.
Derivado de las averías en el sistema de señalización y con el fin de no interferir en la prestación del servicio, el Puesto Central de Control (PCC) estableció, tomando como base los manuales técnicos de operación, la marcha de seguridad para la circulación de los trenes.
La marcha de seguridad señala que los operadores deben adoptar conducción manual restringida de los trenes, lo que significa, entre otras cosas, que deben circular a una velocidad máxima de 15 kilómetros por hora en curva y 35 kilómetros por hora en línea recta, además de que no podrán cambiar a otro modo de conducción, sin previa autorización del Puesto Central de Control. Por lo que queda prohibido cambiar a pilotaje automático durante este período de seguridad.
