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VERGONZOSAS ACCIONES CONTRA MIGRANTES

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Por: Salvador Cosío Gaona

Por si no fuera suficiente la patanería con que los mexicanos hemos recibido la caravana migrante procedente de Centroamérica, la noche del martes fueron fumigados, literalmente, por empleados de la Secretaría de Salud del estado de Chiapas en el municipio de Huixtla, quienes incumpliendo los protocolos correspondientes para esparcir el químico, lo lanzaron directamente contra las personas con las bombas aspersoras.

Este nutrido grupo de migrantes, compuesto en su mayoría por hondureños, ha visto la peor cara de los mexicanos quienes los recibieron con balas de goma, abusos, presuntas violaciones a mujeres, un sinnúmero de vituperios racistas y xenófobos y ahora para colmo, con una rociada de químicos para fumigar contra el dengue, ya que presumiblemente, corren el riesgo de contraer la enfermedad.

El caso es que los mexicanos hemos hecho gala de nuestro lado más nefasto dejando en entredicho y a punto de convertirse en un mito la hospitalidad, calidez y amabilidad que nos caracterizaba.

Un tema en el que los mexicanos siempre habíamos coincidido hoy divide opiniones; se han polarizado las posturas entre quienes piensan que en este mundo “Ningún ser humano debe ser ilegal” y los que demandan que son los mexicanos en pobreza quienes deben recibir la ayuda del Gobierno antes que cualquier extranjero.

Nuestro país y nuestra sociedad se han expresado cuando ha habido cuestiones de racismo, xenofobia y discriminación en los Estados Unidos de América, en países europeos que se han negado a recibir a africanos cuando se ven en la necesidad de huir de sus respectivos países. Y también hemos aplaudido cuando sabemos que otros les abren sus puertas y les permiten y ofrecen facilidades para iniciar una nueva vida. Las voces siempre fueron en el sentido que había que ser humanitarios y recibirlos y apoyarlos.

Lamentablemente, hoy que nos toca recibir a la denominada “caravana migrante” que inició su travesía hace dos semanas saliendo de San Pedro Sula, escuchamos del lado mexicano vituperios, percibimos odio, xenofobia, discriminación y un patriotismo mal entendido. Esta gente que ha salido de sus comunidades a causa de maltrato familiar, asesinato de familiares, extorsiones, y huyendo del reclutamiento de niños y adolescentes, de la violencia sexual y doméstica; secuestros, tentativas de homicidios y el despojo de tierras, entre otros motivos, ni siquiera tiene entre sus planes permanecer en nuestro país. Ellos tienen en su brújula los Estados Unidos de Norteamérica, van en busca del sueño americano como lo han hecho millones de mexicanos.

Contrario a tenderles la mano, a ofrecerles nuestra ayuda, y nuestra hospitalidad, nos encuentran convertidos en lo que tanto hemos criticado en personajes como Donald Trump, que ha despreciado y humillado a sus vecinos del sur. Hoy somos quienes lanzamos reclamos al Gobierno para exigir que no se les permita seguir avanzando y para cuestionar y satanizar declaraciones como la del presidente electo Andrés Manuel López Obrador quien les ha prometido garantizar su seguridad y otorgar empleos.

Eso sí, nos rasgamos las vestiduras por lo que le hace el vecino país del norte a los nuestros, pero ahora que nos toca mostrar una situación de estas, respondemos de la manera más severa como ya se ha narrado, con balas de goma, con golpes, con la serie de malas maneras que todos hemos visto en las imágenes y esto desvirtúa todo nuestro discurso histórico.

México también ha condenado el uso de las balas de goma. Todavía lamentamos la muerte del Niño José Luis Tlehuatle, quien en  julio de 2014 fue alcanzado por uno de estos artefactos y falleció durante un enfrentamiento entre pobladores de San Bernardino Chalchihuapan y policías estatales en Puebla. Sin embargo, presuntamente policías mexicanos hicieron uso de ellas contra los migrantes el pasado fin de semana.

Si bien el tema de esta incursión de migrantes no es sencillo tiene que resolverse, tiene que verse desde varios ángulos; tampoco es como para recibir a la gente a punta de garrotazos con el pretexto de que están atacando policías. Creo que no puede pensarse que un grupo de gente sin armas o con piedras o con palos sea peligrosa para escuadrones antimotines, entonces hay que enfocarnos.

No cerramos los ojos a que este movimiento esté siendo orquestado desde la Casa Blanca bajo un interés oscuro del presidente Trump. No descartamos que se trate de una estrategia para ganar la elección que se avecina. No negamos que con toda intención se haya colocado a mujeres y niños al frente del contingente en calidad de escudos humanos. Lo que sí sabemos es que nadie que se encuentre en una situación holgada, que goce de bienestar, de prosperidad, de tranquilidad y de seguridad participa en un éxodo como el que presenciamos.

Hemos visto acciones severas de parte de autoridades de México y ojalá el presidente electo, que ha dicho que va a ser humanitario, consiga que todo llegue a buen puerto y de la mejor manera tanto para los migrantes como para nuestro país. Tenemos que ser consistentes con la postura y el discurso que siempre hemos defendido en el tema migrante y no dejarnos llevar por un patriotismo equivocado.

opinió[email protected]

@salvadorcosio1

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2