Sucedió hace un año, pero la revelación de que Downing Street, la oficina del primer ministro británico, celebró una fiesta prenavideña cuando estaban en vigor duras restricciones sociales ha sumido a Boris Johnson en una nueva crisis que amenaza con socavar su ya fragilizado liderazgo.
La risa de la exportavoz del Gobierno Allegra Stratton en un vídeo filtrado se ha convertido en una de las imágenes del año. Una losa que puede tener consecuencias impredecibles para la popularidad de Johnson.