El 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la COVID-19 había dejado de ser una epidemia para convertirse en una pandemia llena de palabras.
Para algunos, era algo lejano, casi inverosímil, propio de la ciencia ficción; para otros, el SARS-CoV-2 era un nombre que se estaba convirtiendo en casi familiar.