Guadalajara, Jal.— La Universidad de Guadalajara reiteró su apertura al diálogo con la comunidad estudiantil y condenó los actos de violencia registrados la tarde del miércoles en la explanada de Rectoría General, donde un grupo de personas encapuchadas agredió a funcionarios universitarios y obstaculizó la salida de trabajadores.
Durante la jornada, cerca de 60 personas se manifestaron en el recinto universitario. Una comisión de trece estudiantes de distintos centros fue recibida por autoridades como el Secretario General, César Barba; la titular de la Defensoría de Derechos Universitarios, Érika Loyo; y el Coordinador de Servicios a Universitarios, Juan Carlos Guerrero Fausto. En el encuentro se escucharon sus planteamientos y se recibieron formalmente sus pliegos petitorios.
La Universidad propuso instalar mesas de trabajo para dar seguimiento a las demandas. Sin embargo, los manifestantes condicionaron el diálogo a la cancelación del proceso electoral del Consejo General Universitario (CGU), lo cual fue rechazado por las autoridades al tratarse de una medida jurídicamente inviable. El proceso está establecido en la Ley Orgánica Universitaria y su suspensión implicaría vulnerar los derechos de más de 360 mil integrantes de la comunidad universitaria.
Ante la negativa, los estudiantes rompieron el diálogo y anunciaron un plantón en el edificio de Rectoría.
Horas después, un grupo de personas encapuchadas —sin identificarse como estudiantes— intentó tomar el edificio, agrediendo físicamente a Érika Loyo y Juan Carlos Guerrero, además de impedir la salida de trabajadores del turno vespertino. El incidente derivó en forcejeos y lesiones menores, sin que se registrara intento de desalojo.
La Universidad de Guadalajara condenó enérgicamente los hechos y anunció que presentará las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes, con el objetivo de salvaguardar la integridad de su comunidad.
La UdeG reiteró que no habrá actos de represión ni vulneración de derechos estudiantiles, y que mantiene sus puertas abiertas al diálogo como vía legítima para atender diferencias y fortalecer una universidad más incluyente, democrática y respetuosa del estado de derecho.
