Por: Verónica Juárez Piña
La parafernalia con la que Andrés Manuel López Obrador festejó la mitad de su mandato, tal vez le sirve para alimentar su ego, pero no le es útil a México. Podrá afirmar que tiene otros datos y presumirlos ante quienes no tienen la decisión de refutarlo, su gabinete, por ejemplo; pero lo cierto es que, en lo que lleva su gobierno, se han agudizado los problemas más graves que ya enfrentaba el país. Ha sido un trienio perdido.
La incapacidad y la falta de disposición de López Obrador para diseñar una estrategia integral, oportuna y eficaz para enfrentar los efectos devastadores de la pandemia, complicó aún más la delicada situación de país en materia de salud, economía, seguridad y derechos humanos.
El presidente evade la realidad al afirmar que su gobierno respondió bien ante la pandemia, cuando México se ubica en el cuarto lugar mundial de los países con más muertes por Covid-19, al registrar 294,428 decesos en cifras oficiales; aunque hay un exceso de defunciones de 628,546, acumuladas de 2020 a 2021, durante la emergencia sanitaria.
Por otro lado, a dos años de haber sido creado, el INSABI sigue sin alcanzar su objetivo de garantizar el acceso a los servicios de salud y medicamentos asociados para personas que no poseen seguridad social, y no parece que lo pueda lograr a mediano plazo. Un ejemplo, es el reconocimiento de López Obrador de la incapacidad de su gobierno para garantizar el abasto de medicamentos.
Esta incapacidad, tuvo graves repercusiones en el marco de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, y un ejemplo particular es el caso del desabasto de medicamentos para niñas y niños con cáncer.
En la economía, el país también se encuentra en una situación crítica, pues, de acuerdo con el INEGI, en la primera quincena de noviembre, la inflación anual de México se situó en 7.05%, que implica la cifra más alta en más de 20 años, y podría subir aún más.
El incremento de la inflación implica un golpe severo a la de por sí endeble economía de la gran mayoría de las y los mexicanos, pues conlleva el alza de los precios en los productos, en consecuencia, la disminución del poder adquisitivo, por lo que el aumento al salario mínimo anunciado para el próximo año, tendrá un magro beneficio.
Respecto a la seguridad, es evidente, que su política de “abrazos y no balazos”, ha redundado en un rotundo fracaso. La violencia es uno de los grandes pendientes de esta administración, pues en estos tres años se han perpetrado más de cien mil asesinatos.
Hay entidades y regiones del país que viven realmente una situación de terror por la violencia perpetrada por las bandas del crimen organizado, que actúan en completa impunidad ante la incompetencia e indolencia de las autoridades federales responsables de combatirlas.
Las cuerpos colgados en Zacatecas son un ejemplo del reto que el crimen organizado ha lanzado al Estado Mexicano, y que AMLO no ha sido capaz de resolver. Recursos tiene, el Congreso de la Unión se lo ha aprobado, de lo que carece, es de voluntad.
En materia de derechos humanos, México enfrenta una grave crisis, un ejemplo son los diez feminicidios que todos los días se comenten en el país frente a una clara falta de disposición de las autoridades competentes para reducirlos. Otro ejemplo, es la violencia desatada contra los migrantes por parte del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional.
A México le urge menos discurso y más gobierno. Lamentablemente, todo indica que en los próximos tres años veremos más de lo mismo.
