¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Por qué los sacrificaron a ellos? Son muchas las preguntas todavía sin respuesta en torno a la monumental torre de cráneos erigida por los mexicas como un culto a la vida y que ha permanecido sepultada durante 500 años bajo la Ciudad de México.
«Este hallazgo es sumamente importante porque representa la esencia de la religión y la cosmovisión mexica», explica este jueves a Efe desde los vestigios Raúl Barrera, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).