Las celebraciones por la festividad judía de Purim llegaron hoy a su fin en Israel, donde un toque de queda nocturno de tres días no logró evitar las masivas fiestas, que se realizaron en horas de la tarde durante todo el fin de semana.
Si bien las restricciones a la movilidad en horas de la noche lograron limitar la circulación de gente, jóvenes disfrazados inundaron las calles de las principales ciudades del país y miles de ultraortodoxos se concentraron para rezar en distintas sinagogas.