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Sí, este “calorón” es también por culpa nuestra

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Por: Yuri Guzmán

Las altas temperaturas que hoy confronta México, alcanzando picos de hasta 50 grados Celsius en algunas regiones, representan un fenómeno climático sin precedentes en la historia moderna del país. Este fenómeno no es casualidad ni una simple variación estacional, sino el resultado de múltiples factores interrelacionados que reflejan las acciones humanas y su impacto en el medio ambiente.

En primer lugar, las estadísticas muestran que en las últimas décadas las temperaturas máximas en México han aumentado de manera significativa. Según el Servicio Meteorológico Nacional, en 2022 se registraron más de 1,400 alertas por temperaturas extremas en diferentes estados, lo que representa un incremento del 20 % respecto a la década anterior. Esto se vincula con el incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente CO2, generadas por actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, deforestación y urbanización acelerada. México, en particular, es uno de los países con mayores niveles de deforestación en América Latina, con la pérdida de aproximadamente 90,000 hectáreas de bosques cada año, lo cual reduce la capacidad de los ecosistemas para absorber carbono y regular las temperaturas.

Estas altas temperaturas tienen múltiples aristas que afectan todos los ámbitos de la vida social. En términos de salud, el aumento de las olas de calor provoca un incremento en los casos de golpes de calor, deshidratación, problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares, especialmente en grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con condiciones preexistentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el cambio climático puede causar hasta 250,000 muertes adicionales por año entre 2030 y 2050, debido a estas condiciones extremas.

Desde el punto de vista laboral, el calor extremo impacta la productividad de millones de trabajadores, particularmente en sectores agrícolas, construcción y servicios al aire libre. Estudios realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que las jornadas laborales en condiciones de temperaturas superiores a los 35 grados Celsius se reducen en un promedio del 30 %, afectando la economía familiar y nacional.

Además, el aumento de temperaturas también agrava las desigualdades sociales, ya que las comunidades más pobres carecen de medios adecuados para mitigar estos efectos, como sistemas de enfriamiento o acceso a servicios médicos especializados.

¿Qué estamos haciendo mal para llegar a estos extremos? La respuesta radica en la falta de acciones contundentes y sostenidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como en la ineficacia de políticas ambientales y urbanísticas. La dependencia de energías fósiles, la deforestación y la expansión urbana sin planificación sostenible han contribuido a la aceleración del cambio climático.

Por ejemplo, México genera aproximadamente el 70 % de su electricidad a partir de combustibles fósiles, y solo el 15 % proviene de fuentes renovables, lejos de las metas internacionales de transición energética.

Para revertir esta tendencia, es imprescindible que tanto los gobiernos como la sociedad civil adopten medidas urgentes. Entre ellas, destaca la promoción de energías limpias, la protección de los ecosistemas forestales, la implementación de políticas de urbanización sustentable y la sensibilización ciudadana sobre la importancia de reducir nuestra huella de carbono. Solo con un compromiso conjunto podremos mitigar los efectos del cambio climático y evitar que estos extremos térmicos se conviertan en la nueva normalidad.

Entendamos pues que las temperaturas extremas en México reflejan una crisis ambiental que requiere atención inmediata. La responsabilidad recae en todos: en los gobiernos, en las empresas y en cada individuo. La lucha contra el calentamiento global no solo es una cuestión ecológica, sino también de salud pública, justicia social y desarrollo sustentable. La historia nos juzgará por nuestras acciones presentes, y el momento de actuar es ahora.
[8:28 a.m., 20/5/2025] Yuritzy Guzman: la cuenta y clave de X de Cabecera me hizo lo mismo que en la mia, me saco

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