Por: Salvador Cosío Gaona
Como bien lo señaló en días pasados el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el mayor reto para este 2020 “será serenar al País”; disminuir la violencia en un territorio donde las cifras de homicidios en el año escalaron a alrededor de 36 mil, impone acciones urgentes para devolver la tranquilidad a los mexicanos que este 2019 padecieron y prácticamente se convirtieron en rehenes de la delincuencia y la violencia.
2019 también nos develó a México como un territorio invadido de fosas clandestinas y de miles de hombres y mujeres desaparecidos. De tal suerte que el principal desafío del gobierno en funciones no puede ser otro que devolver La Paz, la tranquilidad y la seguridad a los ciudadanos, sin menoscabo de atender otros campos que también lucen focos rojos como la salud y la economía, así como mantener la lucha contra la corrupción y la impunidad.
El presidente se dijo optimista de que le irá bien a México. “Tengo confianza de que este año nos va a ir bien, tenemos como lo he dicho, y lo repito, como asignatura pendiente, como reto, como desafío, serenar al País, parar la violencia que se inició cuando se declaró la guerra a las bandas de delincuentes comunes, toda la descomposición que significó el periodo neoliberal», dijo durante su primera conferencia matutina del año.
Con respecto al tema de la seguridad, López Obrador insistió en que su estrategia de este año será intensificar acciones de bienestar, principalmente hacia jóvenes, para que no tomen conductas antisociales.
Además, trabajar más en tener más información, con uso de inteligencia, y hacer menos uso de la fuerza. También, agregó, seguir consolidando la Guardia Nacional.
«Ya sabemos que funciona que tengamos presencia en las calles, en las colonias, es que no había nada. No había protección, lo que estaba era la Policía Federal y ya sabemos cómo estaba. Entonces pasar de 100 mil elementos este año de la Guardia Nacional», comentó. Aseguró que seguirá trabajando 16 horas diarias hasta el 2024, cuando termine su mandato, para consumar la transformación del País, según la publicación del Reforma.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tendrá importantes retos en el sector salud para 2020 centrados en lograr la todavía lejana cobertura universal y en mejorar la atención de las enfermedades crónico-degenerativas.
Otro reto será cumplir con la cobertura de abasto de medicamentos al 100 %. Ya que aunque «se dice que ya hay mejor abasto y que han habido ahorros», el peligro es que se busquen medicamentos a precios bajos y de dudosa calidad.
Los especialistas entrevistados por la agencia EFE, opinaron que el Gobierno deberá dar continuidad a las políticas que han funcionado como los sistemas de vacunación y el Seguro Popular -enfocado en atender a los mexicanos que carecen de cualquier tipo de seguridad social- que ya desapareció este año para dar lugar al Instituto Nacional de Salud para el Bienestar.
“El año 2019 no fue el mejor en cuestiones económicas: las cifras de crecimiento cerrarán en torno a cero y la falta de confianza derivó en un estancamiento de las inversiones, lo cual se refleja en una economía que ha frenado sus motores. Si bien ha habido una mejoría en cuanto a la recuperación del salario mínimo y el control de la inflación, esto contrasta con los problemas en la generación de empleos, sobre todo en sectores estratégicos como la industria de la construcción.
En 2020 se enfrenta la necesidad de reactivar los motores y, sobre todo, de marcar una tendencia con miras a los siguientes años. Los pronósticos de los analistas del sector privado apuntan a un crecimiento de 1.2 por ciento, mientras las estimaciones del gobierno son más optimistas y creen que se superará el 2 por ciento. Sea uno u otro, sigue siendo poco. Sigue en la misma trampa del crecimiento mediocre de las últimas tres décadas, el mismo repunte que se concentra en pocas manos y que no ha podido mover un ápice la pobreza.
Si vemos la naturaleza del presupuesto para 2020, hay una disminución de la proyección de inversión pública, aunque se espera acelerar las inversiones en la primera parte del año para tratar de recuperar la confianza del sector privado, de manera que vuelvan a fluir las inversiones. Habrá un presupuesto austero que más bien busca mantener el equilibro y generar certidumbre. La gran pregunta detrás del presupuesto es si las medidas económicas impulsadas por el gobierno serán suficientes para que vuelva la confianza y con ello se detonen las inversiones, el empleo y, en general, la reactivación hacia el crecimiento.
En 2020 habrá muchas cosas por probar: si se puede recuperar la senda del crecimiento, si se puede mejorar la distribución de ingresos, si los programas sociales tendrán un impacto en el tiempo o sólo son parches, y si la obra pública se recupera y comienzan a verse los beneficios de las grandes obras anunciadas. De las grandes obras que no arrancaron en el primer año, se siguen esperando sus empleos y sus ingresos, su dinamismo y su señal de confianza. Estamos ante una economía lenta y pesada que se ha estancado, por lo que hay que sacudirla.
El panorama para 2020 no es el mejor pero hay cosas que pueden detonar el repunte: la inversión privada que acompañe a la inversión pública, la disminución de las tasas de interés para dinamizar los créditos, la ratificación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) y sobre todo la generación de confianza para que vuelvan las inversiones. Será un año importante. Falta ver en qué dirección”, (con información de Milenio, 25-11-2019).
López Obrador, comentó que sus deseos son el bienestar de los más necesitados y que no haya tragedias. «Quiero que le vaya muy bien a los pobres, que no sufran, que le vaya bien al pueblo, y que al mismo tiempo podamos ir serenando al País, que los problemas que se nos presenten este año se puedan resolver sin que haya pérdida de vidas humanas, y que también sea benévola con nosotros la naturaleza, para que no tengamos que padecer de ninguna tragedia».
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