Por: Martín López Cedillo
Los sentimientos que tengo al pisar de nuevo la tierra del Oriente de la ciudad de Guadalajara, mi Distrito 11 son: primero de profunda emoción, aunque después se transforman en coraje, en rabia en impotencia, ante tanta indolencia e impunidad de parte de las autoridades en todos los niveles, ya que veo desolación, tristeza, abandono, pobreza extrema por falta de oportunidades y pérdidas de empleo.
Acá no llegó el auxilio para reactivar la economía. Nunca se vio ni un centavo partido por la mitad, de los SIETE MILLONES TRESCIENTOS MIL PESOS correspondientes a los dos créditos autorizados al gobernador campañero, nunca se disfrutó del Maná prometido.
También veo carencia total de servicios municipales y de seguridad, mejor ni hablar, esta no existe, impera el terror, el crimen, los asaltos, los robos, las violaciones, la drogadicción y el trasiego al menudeo.
Recorrimos casi 200 seccionales de 230 que tiene el distrito, recorrimos más de 89 colonias y de los más de 14 mil habitantes que he podido saludar, ninguno ha dejado de quejarse por la inseguridad, de todos he recibo un relato de alguna experiencia de terror. Es grave el
momento que se vive, yo diría el más grave en los últimos tiempos.
Desde mi trinchera impulsaré la creación de más empleos y una bolsa para el desempleo de la mano de la capacitación pagada para los emprendedores, con el fin de que alcancen la certificación en su especialidad y accedan a créditos a fondo perdido, pero lo más importante: vigilaré que los fondos lleguen a su objetivo final, para que no se pierdan en el camino o se los roben los malos funcionarios.
Es ya de vital importancia restaurar el tejido social y para ello me propongo impulsar fondos para recuperar todos los espacios públicos abandonados, entre ellos las unidades deportivas, para involucrar a los jóvenes niñas y niños en actividades culturales, artísticas, literarias y deportivas, para impulsar y ayudar a que encuentren una actividad temprana dentro de estas disciplinas y arrancarlos de las garras de la delincuencia.
Y ya por último, a las autoridades estatales y Secretaría de Transporte les pongo un cero de calificación, ya que el Oriente de la ciudad y sus colonias como la Benito Juárez, Lagos de Oriente, Tetlán, Jardines de San Francisco, El Zalate, entre muchas otras, fueron abandonadas y ya no cuenta con rutas de camiones que les permitan transportarse, ya que para poder abordar el transporte público, las personas deben caminar de 10 a 20 cuadras, lo que las expone a asaltos, robos y violaciones. Por ello tendremos que meterle la mano a la famosa ruta empresa, ya que según me informan en la Mesa Permanente de Transporte instalada por un servidor, solo dos pseudo-transportistas, tienen el control de las 120 rutas empresa.
¿Y el fideicomiso y el Agua y la autoridad apá?
