La raicilla es una bebida espirituosa, un aguardiente elaborado 100% de agave distinto al tequilero y que en su cadena productiva ha avanzado con firmeza, enfoque sustentable e identidad propia en su territorio de origen que comprende la Sierra Occidental y las Regiones Valles y la Costa de Jalisco, según lo señaló el presidente del Consejo Mexicano Promotor de la Raicilla (CMPR), Alfredo Cachúa.
Hizo notar que ha sido determinante el beneficio de una marca colectiva a favor del CMPR, lo que ha propiciado un entorno favorable para integrar gradualmente a todos los eslabones de la cadena, lo que incluso ha favorecido que ahora se gestione a su favor la figura de la denominación de origen, como ya la tienen el tequila y el chile de Yahualica.
Actualmente, el CMPR y el Gobierno de Jalisco a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER) han gestionado la obtención de la denominación de origen para la raicilla ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Cachúa destacó que luego de 18 años de gestiones del CMPR para un desarrollo sustentable, “el reto es más la estandarización (de su proceso productivo), porque es un producto artesanal y cada productor le pone su toque particular y es la parte de la riqueza del producto, lo que sí debemos estandarizar son los aspectos de inocuidad y ese tipo de cosas que son en las que estamos trabajando”.
También destacó que al contarse con un laboratorio de biotecnología vegetal, se ha logrado tener ya agaves inducidos para no tener dependencia de las plantas silvestres. Actualmente, se cuenta con inventario cercano a 200 mil plantas.
Con el fin de valorar la importancia de este producto, cada año se organiza el Festival de la Raicilla en la población de Mascota, un Pueblo Mágico de la Sierra Occidental. Este año será los días 24 y 25 de noviembre, donde habrá actividades culturales, gastronómicas, artísticas, conferencias y una cata-maridaje con platillos con raicilla.
Se harán varios homenajes a personajes que han hecho aportaciones en favor de la raicilla como los empresarios Florentino Carvajal y Jorge Dueñas, así como a autoridades que han fortalecido su cadena productiva.
Esta agroindustria también ha tenido avances para una producción sustentable de los agaves, materia prima de este producto, cuya tradición tiene el perfil adecuado para promover una corriente de turismo rural a sus poblaciones de su territorio de origen, entre las que figura la población del Cimarrón Chico de la Raicilla, un poblado al que se considera como la cuna de esta bebida espirituosa, según decreto del Congreso de Jalisco.
En este momento son 15 destilerías ya con enfoque empresarial y otras 40 tabernas tradicionales. Anualmente se producen 150 mil litros de la bebida y hay 25 marcas registradas.
