Inicio ECONOMÍA Se habla mucho de influencers, pero ¿por qué son tan importantes?

Se habla mucho de influencers, pero ¿por qué son tan importantes?

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Un “influencer” es una persona capaz de influir con sus recomendaciones en la decisión de compra de sus seguidores, y cada vez más las marcas se están dando cuenta de la importancia que tienen en un mercado tan saturado de impactos publicitarios.

Para entender cómo son estos prescriptores que a lo largo de los años se han ganado la confianza de millones de personas entrevistamos a Susana García, la bloguera de belleza que puede presumir de agotar productos en las perfumerías con una simple recomendación, y que año tras año es considerada por consumidoras y marcas como una profesional, con una opinión independiente y en cuyo criterio confían muchísimas personas cada día.

A Susana no le gusta demasiado la palabra “influencer” ni hablar del éxito de sus blogs. Cuando le preguntas cómo se siente cuando ve cuánta gente la lee (sólo por su blog de belleza pasan más de 250,000 personas cada mes y tiene más de 65,000 seguidores en redes sociales), se sonroja y dice que ella sólo trata de ser honesta.

Su cercanía, su integridad y su saber hacer convierten a esta bloguera en un verdadero referente tanto para quienes buscan una recomendación como para quienes quieren dar a conocer su producto.

―Para ti, ¿qué es un influencer?

―Un influencer es, simplemente, una persona con capacidad de influir en otras.

“Puede ser una amiga que ‘inspira’ a otras a la hora de elegir un restaurante o un libro, una bloguera que influye con sus opiniones en la decisión de compra de quien la lee, o cualquier persona que tiene buen gusto eligiendo productos o cuyas opiniones captan la confianza de las personas de su entorno.

“Y se puede influir de dos formas: creando tendencias o generando confianza con tus recomendaciones.

“Actualmente se ha sacado demasiado de contexto la palabra ‘influencer’, y se utiliza para hablar de cualquier bloguero o persona con cierto número de seguidores en redes sociales. Y no. La influencia no tiene nada que ver con el número de seguidores.

“Hay personas que tienen poquitos seguidores pero generan una gran influencia sobre ellos, o personas a las que sigue mucha gente pero no les influye demasiado su opinión o recomendación.

“Y, por supuesto, ni todos los blogueros son influyentes ni todos los influencers tienen que tener un blog. La influencia se basa en la credibilidad o la confianza que tienes, no en un número o en un medio determinado.

“Afortunadamente, cada vez existen más herramientas y agencias que saben medir o evaluar la capacidad de influencia de una persona, y poco a poco se va discerniendo sobre qué persona es realmente influyente y cuál no.”

―¿Cuándo y cómo empezaste?

―Siempre digo que empecé a ser bloguera por accidente.

“Era el año 2009. Acababa de dejar mi trabajo en Telefónica para fundar mi propia empresa, y tenía dos niños, de uno y dos años, así que necesitaba algo que me ayudara a desconectar.

“Un día, una amiga me recordó lo mucho que me gustaba escribir antes de aquel pequeño caos en el que se había convertido mi vida, y fue entonces cuando decidí empezar a escribir un blog.

“Yo me dedicaba a crear blogs para empresas, tenía servidores propios y estaba muy familiarizada con todo lo que implicaba la creación de un blog, así que ese mismo día registré el dominio y empecé a escribir sin tan siquiera imaginar que nadie lo pudiese llegar a leer algún día.

“Un día me di cuenta que había alguien ‘al otro lado’ y me entró el pánico. Cerré el portátil, y aunque creí que no volvería a escribir un solo post, días más tarde volví a hacerlo… y aquí estoy 6 años después, con más de 4,000 posts sólo en mi blog de belleza, The Beauty Blog.

“Eran otros tiempos y las marcas empezaban a descubrir los blogs. Me tocó vivir la época en la que te miraban como si fueras un extraterrestre cuando no entendían muy bien lo que era un blog, pero desde las divisiones internacionales les obligaban a prestarnos atención, y luego vino la fiebre desmesurada por los blogs, en los que sólo se tenía en cuenta la cantidad y no la calidad. Afortunadamente, las cosas están cambiando.

“Google es el primero que premia las cosas bien hechas, que valora el contenido de calidad, y cada vez más marcas entienden que un bloguero es alguien que habla de tú a tú con sus consumidores, que tiene su confianza, y que eso vale mucho.”

―¿Cómo se dio en ti el cambio de ser una persona con un blog a ser influencer?

―En mi caso vino de forma natural.

“Yo escribía porque quería; no era mi trabajo ni me pasó por la cabeza que ello pudiera generarme ningún ingreso. Supongo que eso me hacía escribir de forma sincera y no preocuparme de contentar a ninguna marca, sino en contar y recomendar lo mismo que le recomendaría a mi mejor amiga o a mi hermana. Eso fue captando la confianza y mis opiniones empezaron a ser valoradas por quienes me leían.

“Siempre digo que recomendar productos de belleza es mucho más difícil que recomendar otro tipo de productos como, por ejemplo, moda.

“Aunque nos meten en ‘el mismo saco’, una bloguera de moda te muestra una prenda y luego tú vas, te la pruebas y te gusta o no. Sin embargo recomendar un producto de belleza implica confiar mucho más en la persona que te lo recomienda. Los resultados no se ven en el punto de venta. Tienes que comprar el producto y los efectos vendrán días o meses después.

“Si tú dices que un producto es bueno o cumple una determinada función, y la persona que te lee se gasta su dinero (que a veces puede ser una suma importante) y después comprueba que no es verdad, no volverá a confiar en ti y buscará recomendaciones en otro sitio.

“Si, por el contrario, ve que lo que le recomiendas, que tus opiniones, buenas o malas, son fiables, se crea una conexión que puede llegar a ser muy fuerte.

“Yo tengo lectoras que llevan más de 6 años confiando en mi criterio y pidiéndome opinión cada vez que van a comprar un producto. Es una gran responsabilidad, pero la satisfacción que te da poder ayudarlas también es enorme.

“Para convertirte en influencer hace falta haber dado muchas opiniones y haberte ganado la confianza de quienes te siguen una y otra vez, y eso en internet, como en la vida real, no es fácil… hace falta demostrar tu honestidad día a día.”

―¿Cómo es tu día a día?

―Mi día a día es un caos (se ríe), pero no lo cambiaría por nada del mundo.

“Me encantaría decirte que me levanto, acudo a presentaciones, bebo champagne y escribo en un despacho impoluto que parece sacado de Pinterest, jajaja…, pero no.

“Como bloguera, además de The Beauty Blog, escribo un blog de niños, Mi mamá tiene un blog, en el que hablo de tecnología para niños, de viajes, planes familiares o trato de descubrir ‘ideas geniales’ que nos hagan la vida más fácil y divertida a las que, como yo, no tenemos tiempo para todo.

“Además soy embajadora Disney, por lo que suelo tener acceso a las películas, libros, series de televisión y juguetes incluso antes de que salgan al mercado, y ello me permite probar y recomendar cualquier producto de Disney o Star Wars a otros padres o madres con más criterio.

“Pero, además, sigo trabajando como programadora, dirijo una escuela en la que doy cursos de WordPress y blogging, e imparto clases en varios masters.

“Voy a pocas presentaciones de belleza porque no tengo demasiado tiempo, pero pruebo muchísimos productos cada día y trato de disfrutar y emocionarme escribiendo sobre ellos.

“Y, por supuesto, soy madre, cocino y escribo cada ratito que tengo libre, pero porque me encanta; disfruto con ello y siempre tengo millones de cosas que necesito contar.”

―¿Cuál es la mayor satisfacción que te ha dado ser bloguera?

―La verdad es que han sido muchas. La principal, la que hace que todo tenga sentido, es saber que al otro lado hay muchas personas leyéndote (más de 250,000 cada mes), que te escriben, te dan las gracias por una recomendación o por alegrarles las mañanas con un simple saludo en Instagram.

“Pero mentiría si no te dijera que hay otro tipo de satisfacciones. Ser bloguera me ha hecho vivir situaciones que jamás hubiera podido soñar… Poder viajar a San Francisco para visitar los estudios y los archivos de Pixar, pasar un fin de semana acompañando a Heidi Klum, entrevistar a Paul Walker, conocer a Katy Perry o asistir al estreno de Star Wars son cosas que también te obligan a pellizcarte cada mañana preguntándote si todo esto que te pasa es real.

“Creo que tengo mucha suerte. Los blogs me han hecho conocer a mucha gente maravillosa, y aunque nunca pierdo de vista que lo importante aquí siempre es la gente que te lee y confía en ti cada mañana, hay que dar gracias también por tantas cosas buenas.”

―¿Qué recomendarías a una persona que está comenzando en esto?

―Recomendaría que tuviera muy claro por qué quiere escribir un blog. Y que lo anote en algún sitio y lo lea cada mañana.
“Si quieres crear un producto sólido y de calidad, tienes que centrarte en ello y no dejarte influir ni querer correr demasiado. Todo lleva su tiempo.

“Pero, en cualquier caso, yo recomiendo a todo el mundo empezar a escribir un blog, aunque sea para tener su colección de recetas online, para evadirse un ratito, o para dar su opinión sobre algún tema.

“Si te gusta escribir tanto como a mí, puede llegar a ser muy terapéutico.”

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