Victoria Torres es policía y pertenece al Escuadrón motorizado Gamas de la Comisaría de Seguridad de Guadalajara, tiene una hija de 11 años a la que ve al final de su turno de ocho horas y a la que no puede abrazar de forma efusiva al llegar a casa.
Primero se baña, se desinfecta, separa su ropa y después, saluda a su hija. Cada que está en labores de vigilancia piensa mucho en su familia y ha tenido que evitar visitas a personas adultas o los que padecen enfermedades crónicas.
“Hay gente que piensa que es una broma, no creen que exista la pandemia y no tienen cuidados, eso nos pone en riesgo a nosotros y a nuestra familia.
“Nosotros quisiéramos que la gente comprendiera que estamos haciendo nuestro trabajo y que entendieran que salir de la pandemia es trabajo de todos”, añadió.
Vicky, como la llaman sus compañeros, vivió un 10 de mayo diferente, pues no lo celebró como años anteriores cuando se reunía con sus seres queridos en un restaurante.
“Ahora tuvimos que abstenernos y como somos muchos en la familia tampoco festejamos en casa; evito visitar a mis familiares porque sé que al estar en la calle soy más propensa al contagio”, consideró.
Cabe señalar que la oficial puede quedarse en casa, pues no pertenece a ningún grupo de riesgo y además su labor es esencial. “El domingo preferí quedarme en casa y hablar por teléfono a ver si necesitaban algo en lugar de visitarlos”, confesó.
“A mi hija le da mucho pendiente la situación, pero se siente orgullosa de lo que hago”, afirmó con un tono de voz distinto, emocionado. Además, recordó que en más de una ocasión ha intercambiado cartas con su hija para demostrarse cariño.
“Ella me dice que se siente orgullosa de tener una mamá como yo y que no todas sus compañeras tienen esa oportunidad. Le he escrito que hago lo mejor para dar un buen ejemplo, para sacarla adelante y que agradezco mucho que me apoye en mis decisiones”, puntualizó Vicky, quien desde niña soñó con ser policía.
