Las autoridades de Kirguistán han decidido poner fin a las operaciones de rescate de Natalia Nagovitsyna, la alpinista rusa atrapada en el Pico Pobeda tras sufrir una grave lesión. La complejidad del entorno y las condiciones climáticas extremas han hecho imposible continuar con la búsqueda con vida de la mujer de 48 años, quien quedó varada a más de 7,000 metros de altura.
El accidente ocurrió el 12 de agosto, cuando Natalia sufrió la fractura de una pierna durante el descenso tras alcanzar la cumbre de la montaña más alta y peligrosa del país, que supera los 7,400 metros. Desde entonces, permaneció en una tienda de campaña en un entorno hostil, enfrentando temperaturas bajo cero, vientos huracanados y tormentas de nieve que dificultaron cualquier intento de rescate.
Tras más de dos semanas de esfuerzos infructuosos, las autoridades kirguisas confirmaron la imposibilidad de salvarla. El análisis de datos y las condiciones climáticas extremas, incluyendo la presencia de grietas, avalanchas y terreno inestable, han llevado a la conclusión de que no hay esperanza de encontrarla con vida. Además, un helicóptero ruso que intentó acercarse a 5,000 metros se estrelló sin víctimas, y otros intentos fueron descartados por el alto riesgo.
El vicepresidente de la Federación Rusa de Montañismo, Alexander Pyatnitsyn, explicó que rescatar a alguien en esa cresta de tres kilómetros de longitud requeriría al menos 30 rescatistas en condiciones que simplemente no son viables en la actualidad.
En los primeros días tras el accidente, un alpinista italiano, Luca Sinigaglia, y un alemán, Gunther Siegmund, lograron llegar a la tienda de Natalia con víveres y equipo, pero las condiciones del terreno impidieron moverla. Sinigaglia, atrapado en una tormenta, murió por hipotermia y edema cerebral el 15 de agosto, dejando un acto de valentía y amistad que conmueve a la comunidad montañista. Su hermana, Patrizia Sinigaglia, destacó su sacrificio y su deseo de no dejar a nadie atrás.
Natalia Nagovitsyna buscaba obtener el título de Leopardo de las Nieves, que reconoce a quienes escalan las cinco montañas más altas de la antigua URSS. Ya había conquistado varias de ellas, y Pobeda era su última meta. En 2022, un documental relató cómo perdió a su esposo, Sergei, en una ascensión al Khan Tengri, y cómo ella se negó a abandonarlo, pasando la noche junto a él en la montaña.
A pesar de la decisión oficial de suspender la búsqueda, su hijo, Mikhail Nagovitsyn, mantiene la esperanza. Según imágenes de dron, asegura que Natalia aún está viva, moviéndose y saludando desde su tienda, aunque las autoridades sostienen que la última señal de calor fue registrada el 19 de agosto y que la recuperación de su cuerpo solo sería posible en primavera, cuando las condiciones mejoren.
Con 48 años, Natalia dejó su huella en el mundo del alpinismo, enfrentando desafíos extremos con valentía y determinación. Su historia, marcada por el amor, el sacrificio y la perseverancia, se inscribe entre las más conmovedoras de la historia moderna de la escalada.