El primer ministro italiano, Matteo Renzi, anunció este domingo su renuncia tras perder el referéndum sobre la reforma de la Constitución.
«El no ganó en forma clara y neta», declaró Renzi con la voz entrecortada en una conferencia de prensa en la que dijo: «Asumo la responsabilidad de la derrota. Mi experiencia como jefe de gobierno hasta acá llega», añadió.
Renzi, ha perdido un referendo sobre una reforma constitucional por un amplio margen, mostraban el domingo las encuestas a boca de urna, poniendo su futuro en duda y abriendo una puerta para el regreso de la inestabilidad política al país.
Un sondeo a boca de urna elaborado por el Institulo Piepoli/IPR para la televisora estatal RAI estimó que un 42-46% de los votantes apoyó las reformas, contra el 54-58% votó «No». Otros dos sondeos le dieron al «No» una ventaja similar de al menos 10 puntos porcentuales.
Tras conocerse los primeros sondeos, el euro retrocedía un 1.25%, a 1.0540 dólares por unidad desde 1.0625 dólares.
El resultado significa un nuevo golpe para la Unión Europea, que lucha por dejar atrás una serie de crisis y desea que Renzi continúe su iniciativa reformista en la tercera más grande economía de la zona euro, altamente endeudada.
La derrota provocará nuevas sacudidas en los mercados, especialmente en el sector bancario, que ha perdido casi la mitad de su valor en la bolsa de Milán golpeado por temores relacionados con su exposición a préstamos morosos acumulados durante años malos para la economía doméstica.
Renzi, de 41 años, asumió el cargo en 2014 prometiendo renovar una Italia anquilosada y presentándose a sí mismo como un hombre anti establishment, decidido a enfrentar a una burocracia asfixiante y a rediseñar las chirriantes instituciones de la nación.
El referendo del domingo, diseñado para agilizar el proceso legislativo reduciendo los poderes del Senado y de las autoridades regionales, venía a ser el triunfo que coronaría su gestión.
Sin embargo, hasta ahora sus reformas han tenido poco impacto, y el opositor Movimiento 5 Estrellas se ha quedado con las banderas anti establishment, adoptando un tono populista que se vio ya en el referendo por el «Brexit» y en el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Por las leyes italianas, Renzi tenía que convocar a un referendo por sus planes de reformar la constitución, pero fue su decisión atar su futuro al resultado, argumentando que si Italia no estaba dispuesta a aceptar su receta de cambio él debería dejar el cargo.