El gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, dejó claro hoy que rechazará alinearse a las reglas de la Unión Europea (UE) y podría abandonar la negociación si para junio no hay avances.
Londres sintetizó sus directrices negociadoras y afirmó que “no extenderá el período de transición previsto en el acuerdo de retiro…Si ese no parece ser el caso en la reunión de junio, el gobierno tendrá que decidir si la atención del Reino Unido debe alejarse de las negociaciones y centrarse únicamente en continuar los preparativos”.
Tras este anuncio, la libra cayó un uno por ciento frente al euro y la Comisión Europea, quien negocia por la UE, reconoció la posibilidad de que las negociaciones fracasen.
Una ruptura sería un escenario temido por los empresarios británicos, que previo al divorcio veían como un gran golpe económico la separación y sus potenciales secuelas. Si ambas partes no llegan a un acuerdo, la relación económica deberá regirse por las normas básicas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde se fijan aranceles para la mayoría de mercancías, explicó The Guardian.
Tras la salida del Reino Unido del bloque comunitario el 31 de enero, ambas partes deben emprender el lunes la segunda, y más compleja, fase de negociación para alcanzar un posible acuerdo de libre comercio.
