El recorte de la tasa de interés acometido por el Banco de México, que la situó en el nivel del 4 % por primera vez desde 2016, funcionará como un aliciente a un consumo debilitado por la crisis derivada de la covid-19 y especialmente afectado por el cierre de actividades no esenciales.
«A las empresas les saldrá más barato tomar un crédito, a la población le saldrá más barato tomar un crédito. Y de ahí se asume que habrá un incentivo al consumo y a la inversión fija, y por tanto al crecimiento económico», dijo este viernes a Efe la directora de análisis económico y financiero de Banco Base, Gabriela Siller.