Yuri Guzmán
Hoy quiero compartir con ustedes una receta que, más que un simple platillo, es un pedacito de mi historia y un abrazo de recuerdos: los frijolitos rojos de mi tía Chela. ¿Qué pueden tener de especiales unos simples frijoles rojos?, se preguntarán… Tal vez nada, o quizás todo. Porque en la cocina mexicana, cada ingrediente lleva consigo un hilo que une generaciones y cada bocado es un viaje a momentos entrañables.
Recuerdo aquellas visitas al pueblo natal de mi mamá, Zacapu, en el bello estado de Michoacán, donde la vida se detenía un poco y la calidez de la familia envolvía el aire. La casa de mi tía Chela era un refugio lleno de risas, aromas y, por supuesto, frijolitos rojos. Eran el alma de nuestras celebraciones, el acompañamiento perfecto para las carnitas que se preparaban cuando se mataba el puerco. Cada cucharada era un festín de sabores y memorias, un recordatorio de los lazos que nos unen.
A pesar de que el tiempo ha pasado y algunas cosas han cambiado, la esencia de esos frijolitos sigue viva en mi corazón. Hoy, mientras les comparto esta receta, siento que revivo esos momentos, como si los estuviera cocinando mi tía Chela, esa hermana de mi mamá que aún nos regala su cariño y sabiduría desde Michoacán.
Así que, dejando a un lado la nostalgia, aquí les traigo la receta de esos frijolitos que son más que un platillo: son un legado de amor y tradición. Disfrútenlos solos o como acompañamiento, pero sobre todo, disfruten cada bocado como yo disfruto cada recuerdo que ellos traen consigo. ¡Vamos a cocinar!
Ingredientes
1 kilo de frijol
1/4 de manteca de cerdo.
14 chiles guajillo
½ cebolla
½ kilo de queso Cotija
Procedimiento
Remojas tus frijoles y los pones a cocer de la manera que siempre lo haces; una vez cocidos, los escurres, bien escurridos, y en una sartén pones a calentar el ¼ de manteca al grado que esté bien caliente pero que no se queme y pones los frijoles, los machacas a que queden súper lisos.
Mientras, tus 14 Chiles guajillo los remojas en agua calientita, los desvenas y les quitas las semillas; una vez listo, lo licuas con la cebolla y sal al gusto y les pones el mole que licuaste a que se incorpore con los frijoles, bien incorporado. Y por último, el 1/2 kilo de queso Cotija rallado, los incorporas a los frijoles y revuelves hasta que te dé un hervor y tenga la consistencia de cajeta.
Los puedes adornar con pedacitos de chile cascabel doraditos.
NOTA
Por cada kilo de frijoles, 1/4 de manteca de cerdo.

Disfruta con tus seres queridos, que serán esas anécdotas las que te hagan saborear los recuerdos de la vida