A todas nos dan asco algunos insectos y no nos gustaría que estuvieran cerca de nuestra comida. Por ejemplo, no toleraríamos ver a una cucaracha en nuestro plato, pero quizás una mosca no nos molesta tanto.
Sin embargo, las moscas son más propensas a transmitir gérmenes, especialmente las caseras. Éstas comen las cosas más repugnantes que nos podamos imaginar, como: excremento, animales muertos y basura. Además, como estos insectos no pueden masticar, regurgitan enzimas para deshacer su comida.
Aunque, lo más probable es que las bacterias y los virus se queden pegados al cuerpo de la mosca sin necesidad de que “escupa”, por lo que sólo se necesita parar en tu comida para propagar enfermedades. Un segundo de sus patitas paradas en tu alimento significa una transferencia de gérmenes.
Entre las enfermedades que pueden propagar las moscas están el cólera, la disentería y la fiebre tifoidea. Así que quizás lo mejor sería evitar comerte algo que haya servido de base para el pequeño insecto.
¡Guácala!
