Los primeros casos de sida se describieron en 1981 y no fue hasta 1983 cuando el laboratorio de Luc Montagnier aisló e identificó el virus que estaba causando estragos, el VIH. Los primeros pacientes de covid-19 fueron los de Wuhan, en diciembre de 2019, y en cuestión de días se supo que detrás estaba el SARS-CoV-2.
La tecnología puntera actual y la colaboración científica internacional permitieron conocer enseguida «la identidad» del agente causante de la covid-19, para la que ya hay en el mundo más de una decena de vacunas. Sin embargo, para el VIH no hay ninguna, ni preventiva ni terapéutica. ¿Por qué? ¿Dónde están las dificultades y barreras de un virus cuyos primeros casos aparecieron hace décadas?