Por: Martín López Cedillo
Será el fin de la refundación y con ello termina abruptamente el sexenio de Alfaro. O puede ser su gran oportunidad de trascender.
Con la Muerte artera a manos de la delincuencia organizada del ex gobernador Jorge Aristoteles Sandoval, Puerto Vallarta vuelve a ser el escenario de los grandes crímenes y el gobierno municipal ni se entera, mientras que el gobierno del estado y su gabinete de seguridad en pleno, piden por caridad a la ciudadanía que les aporten pruebas “un video por el amor de Dios”.
Esto además de ridículo, es una muestra clara de la ineptitud, ineficiencia e incapacidad que vive y convive cotidianamente al interior de la fiscalía.
El Gobernador está en una de sus grandes encrucijadas: O asume su responsabilidad y hace los ajustes necesarios, incluyendo despidos, para que su gabinete de seguridad actúe en forma profesional, dé resultados y empiece por aclarar este artero crimen de estado, poniendo tras las rejas a los responsables, o ya no habrá cómo recomponer el camino.
Y en paralelo, es imprescindible que se establezcan los medios para que el pueblo de Jalisco se sienta seguro de salir a las calles.
De no ser así, de no afrontar su responsabilidad y asumir el reto, entrará a la fase terminal del desprestigio en su mandato, del que no se podrá levantar y sin duda, estará entregando su refundación al crimen organizado y con ello enterrando su sexenio.
Por el bien de los jaliscienses, esperemos que se ponga las pilas, se faje los pantalones y de paso, haga las pases con el gobierno federal. Porque esta lucha la debemos de dar todos, pueblo y gobiernos en todos los niveles.
