La Policía Federal de Brasil ha cumplido este miércoles con las órdenes establecidas por el Supremo Tribunal Federal (STF) en contra del expresidente Jair Bolsonaro, en el marco de una investigación en curso. Entre las medidas adoptadas se incluyen la imposición de una pulsera electrónica de tobillo, la prohibición de utilizar redes sociales y la restricción de comunicación con su hijo Eduardo Bolsonaro.
Asimismo, se llevaron a cabo operativos de registro y incautación en la residencia del exmandatario, durante los cuales se encontró y confiscó la suma de 10,000 dólares, cuyo origen aún está siendo investigado por las autoridades. La Corte Suprema afirmó que el juez Alexandre de Moraes ordenó estas medidas cautelares, y además, estableció que Bolsonaro no podrá acercarse a embajadas ni consulados extranjeros en Brasil.
En la misma línea, la Policía Federal incautó el teléfono celular del expresidente, en una operación que forma parte de las investigaciones relacionadas con presuntas actividades ilícitas. La Corte también acusó a Bolsonaro y a su hijo Eduardo de supuestamente colaborar con funcionarios del gobierno de Estados Unidos para impulsar sanciones contra autoridades brasileñas.
Por su parte, Jair Bolsonaro emitió sus primeras declaraciones tras la adopción de estas medidas: “Nunca pensé en huir de Brasil”. Hasta el momento, el exmandatario no ha sido detenido formalmente, pero las acciones en su contra marcan un hito en el proceso judicial en su contra y generan repercusión en el escenario político del país.
