Hacer la lista de la compra, cocinar una tortilla con mondas de pepino o rehidratar las zanahorias estropeadas ayudan a combatir la crisis climática. Son acciones sencillas para evitar que la comida acabe en la basura que se recomiendan a la población en la víspera del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
Según el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), 2.500 millones de toneladas de alimentos acaban anualmente en la basura y con ellos todos los recursos invertidos en generarlos como agua, explotación de la tierra, energía o trabajo humano.