La deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha mostrado una tendencia a la baja desde 2018, año en el que alcanzó aproximadamente 105 mil 800 millones de dólares, tras un incremento cercano al 130% en la última década, en comparación con los niveles de 2008. A partir de ese año, la deuda ha disminuido en un 16%, según datos oficiales, en el marco de una estrategia integral de capitalización y financiamiento implementada por el gobierno.
El secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, señaló que, dentro de dicha estrategia, se proyecta que para 2030 el saldo de la deuda de Pemex se reduzca en un 26% respecto a los niveles de 2019. Esta reducción se pretende alcanzar mediante una serie de operaciones financieras, incluyendo la reciente emisión en los mercados internacionales, que buscan fortalecer la posición financiera de la empresa estatal ante vencimientos significativos previstos para 2025 y 2026.
El funcionario destacó que, aunque los esfuerzos han dado resultados positivos, la dinámica de la deuda aún presenta riesgos asociados a vencimientos importantes en los próximos años. Por ello, enfatizó la necesidad de un esfuerzo conjunto entre la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Energía y Pemex, para atender los requerimientos financieros futuros y garantizar la liquidez de la empresa a partir de 2027, permitiéndole financiar su gasto sin mayores contratiempos.
El plan de reestructuración y financiamiento busca también preparar a Pemex para enfrentar los desafíos de corto plazo, asegurando una posición sólida que le permita seguir operando y cumpliendo con sus obligaciones en un contexto de mercado complejo y en transformación.