Por: César M. Jiménez Martínez
La Organización de las Naciones Unidas fue fundada en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, por 51 países. Se dice una organización que se compromete a “mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los derechos humanos” (Historia ONU).
Actualmente, existen en el mundo diversos conflictos sociales y políticos, que generan destrucción, muerte, hambruna, enfermedades y demás plagas que azotan a la humanidad. Si a eso le sumamos la grave crisis mundial provocada por la pandemia de COVID-19, parece que la humanidad atraviesa una de las etapas más difíciles para su sobrevivencia.
Conflictos como los que se viven en este momento en Israel y Palestina, Afganistán y Cuba, o los que se vienen arrastrando en países hermanos como Venezuela y Nicaragua, nos hacen dudar de la efectividad de las Naciones Unidas en su propósito de mantener la paz, la seguridad internacionales y el respeto a los derechos humanos, pues a la vista del mundo entero, los conflictos en los países antes citados, tienen a su población sometida a una violación sistemática e institucionalizada de sus derechos humanos. La muerte, el caos, la destrucción, el sometimiento, la pérdida de los derechos básicos y las garantías individuales, les han sido arrebatados.
¿De qué sirve que exista la ONU, si en donde la humanidad clama por ayuda, ella no puede o no quiere actuar? ¿De qué sirve tener una organización con una enorme burocracia y a un costo tan excesivo? ¿Una organización cuyas resoluciones y actuar, están a la merced de las grandes potencias y sirven a los intereses de ellas?
En el marco del 72 aniversario, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, analizó la necesidad mundial de un multilateralismo renovado, basado en las poderosas ideas y objetivos consagrados en la Carta directriz de la organización, así como en los acuerdos rubricados a partir de la misma.
“La pandemia ha sacado a la luz la necesidad de renovar el multilateralismo … que esté dirigido al logro de los objetivos de paz y seguridad, Derechos Humanos y desarrollo sostenible … inclusivo, que aproveche la contribución crítica de la sociedad civil, negocios, fundaciones, comunidad científica y autoridades locales y nacionales”, afirmó.
Es urgente una renovación de la organización, que responda a sus principios e ideales, pero sobre todo, que verdaderamente vele por las demandas de la humanidad, como la paz, la justicia, la seguridad y los demás derechos inalienables.
