La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, afirmó ayer que numerosos migrantes irregulares trabajan en tareas relacionadas con los cárteles mexicanos, señalando sin presentar evidencia concreta que estos grupos están detrás del incremento en la presencia de fentanilo y metanfetamina en varias regiones del país. Sus declaraciones fueron realizadas en el marco de una conferencia de prensa junto con el encargado interino de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Robert Murphy, para dar a conocer los resultados de la operación nacional “Recuperemos Estados Unidos”.
La operación, llevada a cabo durante el fin de semana del 4 de julio en al menos siete estados, resultó en decomisos significativos de drogas y armas. Entre los hallazgos destacaron cantidades récord de fentanilo, metanfetamina y carfentanilo, un opioide de uso veterinario. Las autoridades reportaron también la incautación de criptomonedas y armas en diferentes regiones, así como detenciones de individuos vinculados a actividades ilícitas.
Bondi y Murphy subrayaron que el narcotráfico representa no solo un problema de salud pública, sino también una amenaza a la seguridad nacional. Murphy admitió que los cárteles mexicanos operan en distintas partes del país y afirmó que las agencias trabajan para desmantelar esas organizaciones tanto en territorio estadounidense como en México.
En los operativos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) decomisó en Miami aproximadamente 10 millones de dólares en criptomonedas relacionadas con el cártel de Sinaloa, además de armas y drogas en otros estados. En ciudades como Chicago, Omaha y Columbia, las fuerzas del orden lograron arrestar a varias personas y confiscar armas y sustancias ilícitas, entre ellas grandes cantidades de metanfetamina y fentanilo.
Uno de los decomisos más alarmantes ocurrió en Fresno, California, donde se incautaron 11 kilos de carfentanilo en pastillas falsificadas, disfrazadas como medicinas. La fiscal Bondi alertó sobre el peligro que representan estas píldoras, especialmente para los jóvenes, y sugirió que los cárteles mexicanos estarían distribuyéndolas para captar consumidores en edad escolar, aunque no presentó evidencia que respalde esta afirmación.
Desde principios de año, las agencias estadounidenses han incrementado notablemente la cantidad de drogas decomisadas, incluyendo más de 44 millones de pastillas de fentanilo y 29 toneladas de metanfetamina, reflejando un aumento en las operaciones de los grupos criminales. Expertos consultados, como el centro Insight Crime, señalan que en el pasado los migrantes eran utilizados principalmente para el traslado de marihuana, pero en la actualidad, las drogas más rentables, como la cocaína y el fentanilo, han desplazado esas actividades.
Asimismo, un estudio del Instituto Cato indica que en 2021, el 86.3% de los traficantes de fentanilo condenados en Estados Unidos eran ciudadanos estadounidenses, lo que evidencia un cambio en los patrones de distribución y control del mercado ilícito.
Estas declaraciones y operaciones refuerzan la percepción de que el combate contra el narcotráfico en Estados Unidos continúa siendo una prioridad, aunque las afirmaciones sobre la participación de migrantes en estas actividades siguen siendo objeto de debate y análisis, dado que no se presentaron pruebas concluyentes durante la conferencia.
Fuente: La Jornada