Una década después de su muerte, Osama bin Laden es un vago recuerdo en la ciudad paquistaní de Abbottabad donde fue abatido, y su antigua residencia es ahora un descampado donde juegan los niños a críquet o al fútbol.
«¿Osama bin Laden? No sé muy bien quién es. He escuchado hablar de él, pero no sé mucho», dice a Efe Sultán, un chaval de 16 años en el descampado donde se levantaba la vivienda en la que vivió durante al menos cinco años el terrorista más buscado del mundo junto con tres esposas y ocho hijos.