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NUEVO ORDEN MUNDIAL

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Por: Salvador Cosío Gaona

El mundo entero pudo ver este lunes como un policía turco asesinó a sangre fría al embajador ruso Andrei Karlov. La impactante escena quedó filmada por una cámara que estaba grabando el discurso en la inauguración de una exposición. Parecía un evento rutinario más, la inauguración de una exposición de fotografías de Rusia. Cuando un hombre con un traje oscuro y corbata sacó un arma y disparó contra el embajador. Hubo al menos ocho disparos que inundaron de ruido la galería de arte.

Tras los hechos que han recorrido y conmocionado al mundo, un equipo ruso de 18 personas ha llegado a Turquía para investigar conjuntamente con las autoridades turcas el asesinato del embajador ruso, Andrei Kárlov. Las autoridades turcas identificaron al atacante como el agente policial de 22 años Mevlüt Mert Altintas, quien fue abatido por fuerzas de seguridad. La policía turca ha detenido a seis personas tras el asesinato del embajador. En particular, los padres, la hermana y otros dos familiares del asesino han sido detenidos en la provincia occidental de Aydin, así como su compañero con quien compartía departamento en Ankara. Se ha confiscado una computadora y se trata de esclarecer si formaba parte de algún grupo radical. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha recordado que la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas estipula que es el país anfitrión el responsable de garantizar la seguridad de las delegaciones diplomáticas extranjeras: «Por eso el presidente Putin se refirió ayer sobre la necesidad de recibir garantías de nuestros socios turcos de garantizar la seguridad de nuestras embajadas y consulados generales». Ocho de los once disparos que realizó el asesino alcanzaron al diplomático según los medios rusos.

Y es que Rusia no ha dejado desde hace varios meses de estar en el ojo del huracán hay que recordar que la Agencia Central de Inteligencia CIA de los Estados Unidos de América, ha llegado a la conclusión de que ese país intervino en las elecciones estadounidenses para ayudar a Donald Trump a ganar. Pero aunque a algunas personas les sorprenda que Rusia interfiera en la política estadounidense, este tipo de tácticas formaron parte del plan de influencia del Kremlin desde la época postsocialista y, ahora -bajo el mandato del presidente Vladimir Putin-, cada vez se utilizan más en las democracias occidentales. Putin busca a toda costa reafirmar el lugar de Rusia en el mundo, y el refuerzo de las relaciones políticas con aliados occidentales es una parte clave de su estrategia de influencia. Ahora que Trump ha ganado, es probable que el Kremlin aumente el ritmo de propuestas a los candidatos populistas que critican a la OTAN, a la Unión Europea y a Estados Unidos (todas amenazas para Rusia). El Kremlin ha emitido propaganda para apoyar a los populistas europeos en los medios de comunicación estatales (el canal de televisión RT y la agencia de noticias Sputnik), a través de perfiles falsos de Internet y de supuestos periodistas. El finaciamiento de este tipo de estrategias es algo opaco desde que Putin está en el poder, pero Rusia ha reconocido abiertamente invertir en millones dichas prácticas. Estas herramientas de propaganda desinformativa recuerdan a las medidas que utilizó la Unión Soviética para infiltrarse y manipular la política occidental durante la Guerra Fría.

Además está el hackeo. El servicio de inteligencia alemán afirma que Rusia está llevando a cabo ciberataques y ciberespionaje de cara a las próximas elecciones alemanas, que tendrán lugar el próximo otoño. El jefe de la agencia explica que el hackeo con el que consiguieron información del Parlamento alemán, que se ha publicado hace poco en WikiLeaks, lo realizó el mismo grupo ruso que hackeó el Comité Nacional Demócrata estadounidense. Mientras, en Francia, funcionarios del servicio de inteligencia afirman que Rusia está interfiriendo en las próximas elecciones francesas, que tendrán lugar en abril. La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, es una de las políticas predilectas de los medios de comunicación estatales rusos y en el Kremlin la reciben con los más altos honores. En 2014, un banco de Moscú le concedió al Frente Nacional un préstamo de 9 millones de euros y, este año, Le Pen ha pedido a Rusia un préstamo de 27 millones de euros. Y Le Pen ha devuelto estos gestos: califica a Putin de patriota y defensor de valores cristianos comunes, elogia la agresiva intervención de Rusia en Siria y culpa a la Unión Europea del empeoramiento del conflicto mientras que aplaude los bombardeos de Rusia, que han contribuido a una masacre de civiles y que ha agravado la crisis de refugiados que sufre Europa.

En 2014, el Frente Nacional también apoyó la anexión de Crimea por parte de Rusia, un acto que no ha reconocido ningún organismo internacional, ni ningún país occidental. Además, el Kremlin se ha alineado con los candidatos y partidos populistas de, entre otros, Italia, Reino Unido, Austria y Bulgaria. Incluso hay un miembro del Parlamento Europeo del partido húngaro de extrema derecha, Bela Kovacs, que está siendo investigado por, supuestamente, espiar para Rusia, lo que ha hecho que se gane el mote “KGBela”.

Por otro lado, Rusia ha adelantado que vetará en el Consejo de Seguridad de la ONU el proyecto de resolución preparado por Francia para que Naciones Unidas supervise el proceso de evacuación de la ciudad siria de Alepo. El embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, aseguró que su país está a favor de que la ONU observe de algún modo las evacuaciones, pero considera que la propuesta francesa es “irrealizable y peligrosa”, en lo que sin duda es otro ejemplo de claro intervencionismo.

Para Moscú, la idea de desplegar inmediatamente personal de la ONU sin preparación en Alepo oriental puede causar un desastre, dado que en la zona sigue habiendo combates entre distintos grupos y aún pueden quedar terroristas. Rusia ha preparado su propio proyecto de resolución para contrarrestar el francés, en tanto que Francia insiste en que su borrador tiene un objetivo únicamente humanitario y urgió a los miembros del Consejo de Seguridad a unirse. Pero como ya se dijo, eso está por verse porque definitivamente la Rusia de Putín tiene otra idea.

Pero también en Gran Bretaña se ve la influencia rusa, Theresa May Primer Ministro de ese país, presidirá una sesión del Consejo de Seguridad Nacional dentro de unas semanas para examinar las acciones de Rusia hacia el Reino Unido y sus aliados y abordar posibles respuestas respecto a la presunta injerencia de Rusia en la política interior del Reino Unido. Moscú está detrás de una campaña concertada para socavar el Reino Unido a través de espionaje, desinformación, ataques cibernéticos y noticias falsas, dijo.

En tanto, Moscú está expectante con la llegada de Trump al poder. El cambio de poder en la Casa Blanca por sí solo ya abre una ‘ventana de oportunidad’ de dos meses en la guerra de Siria, donde es claramente el momento de presionar. Pero el efecto inmediato que produce la llegada de Trump es que los ‘aliados’ europeos de Putin, que hasta ahora son unos ‘apestados’ en Bruselas, van a ser bienvenidos en Washington. El caso más claro se produjo el mes pasado, a modo de aperitivo. El presidente electo de Estados Unidos le «sugirió” a su mayor aliado en el mundo, Reino Unido, que nombrase como embajador en Washington a Nigel Farage, el político antiinmigración y promotor del Brexit, que además de opositor al gobierno de Theresa May ha sido repudiado por amplios sectores del Parlamento Europeo. Igual que Trump, Farage ha sido acusado de racista y antiislámico. También es un admirador de Putin.

Desde el Kremlin se han visto los procesos electorales en Occidente como una sucesión de victorias fuera de casa. Holanda vetó en un referéndum el tratado comercial de la UE con Ucrania, que ha encontrado así otro obstáculo para escapar de la órbita soviética. Después, el inesperado ‘Brexit’ creó una tremenda grieta en el flanco norte y más atlantista de la Unión Europea. Recientemente candidatos prorrusos han vencido en las elecciones de Moldavia (Igor Dodon) y Bulgaria (Rumen Radev), añadiendo perspectivas de mejor clima con Moscú en el revuelto vecindario ruso. Radev, con un discurso duro con la inmigración y buenos vínculos con Moscú, es una versión centroeruopea de Trump, cuya victoria en EEUU ha sido el mayor giro en favor de las posturas del Kremlin que se ha registrado este año. También ha provocado regocijo la victoria en las primarias francesas de François Fillon, que ha dicho que “Rusia no supone una amenaza para Occidente” y quiere acabar con las sanciones contra el país por su injerencia en Ucrania para cooperar con Moscú contra el Estado Islámico. El principal frente que se inclina en favor de Putin y en contra de la línea occidental trazada hasta ahora es Siria. Hasta hace poco, cuando Clinton era candidata, los Estados Unidos podían presionar para buscar un arreglo porque la ex secretaria de Estado llegaría con posiciones más duras sobre el asunto. Pero la victoria de Trump ha colocado de nuevo a Rusia en una posición cómoda, con una ciudad como Alepo que podría caer poco después de que el magnate republicano asuma la presidencia. Moscú nunca ha tenido menos alicientes para llegar a un compromiso con Washington, ya que a partir de enero puede tener las fichas mucho mejor colocadas.

Putin sabe que Trump coincide con él en su desconfianza hacia la oposición siria. Y eso empuja hacia un escenario en el que Assad vuelve a resurgir como mal menor y Putin como un actor fundamental que encarna las soluciones y no los problemas. Así pues, Putin se erige día con día como el constructor y pieza clave del nuevo orden mundial.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2